La revolución de los pagos no tiene como protagonista a la Apple Card... sino a la Fed
El banco central de EEUU quiere sacudir las cosas construyendo su propio servicio de pagos rápidos, compitiendo con bancos como JPMorgan Chase.
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Aunque es fácil distraerse con objetos brillantes, como la nueva tarjeta de crédito Apple Card, la mayor noticia en materia de pagos la semana pasada fue un sobrio anuncio de la Reserva Federal de Estados Unidos. La Fed quiere sacudir las cosas construyendo su propio servicio de pagos rápidos, compitiendo con bancos como JPMorgan Chase.
Como siempre sucede con los productos de Apple, su tarjeta de titanio grabada con láser tiene un hermoso empaque, y promete cambiar al mundo. Este “nuevo tipo de tarjeta de crédito” está llegando a las casas de los primeros usuarios para conectarse con los iPhone y darles un reembolso de 2% en cada compra que hagan.
La Apple Card proclama su “simplicidad, transparencia y privacidad” superior a las de las tarjetas familiares de alta gama como la Chase Sapphire Reserve, de JPMorgan Chase, que ofrece un complejo conjunto de recompensas de viajes y compras por un alto cobro. La aplicación del iPhone enumera las cosas que los usuarios han comprado y muestra claramente los intereses de dos dígitos.
En otros respectos, incluyendo que es emitida por el banco Goldman Sachs en Utah, la Apple Card es sólidamente tradicional. Cobra a las cadenas minoristas altas tasas de transacción y reinvierte parte del dinero en recompensas, reforzando un mercado de pagos estadounidense anticuado y caro.
La Fed a la carga
Aquí es donde entra la Fed. Ha desafiado el lobby y la insistencia de algunos republicanos de que los bancos deberían controlar pagos más rápidos para empujar a EEUU hacia el siglo XXI. A pesar de eso, su prometido servicio FedNow es una posibilidad distante: podría lanzarlo recién en 2024.
“¿Qué los está demorando tanto?” podría preguntar el resto del mundo.
Mientras los pagos se pueden realizar rápidamente –a menudo en segundos- a través de bancos en muchos países, incluyendo a Australia, el Reino Unido, Suecia y México, EEUU se mantiene dolorosamente lento.
Los pagos electrónicos aún pueden tomar días en liquidarse a través de una antigua cámara de compensación operada conjuntamente por la Fed y por los bancos desde 1974.
El apego estadounidense a escribir cheques -lo cual los europeos observan con asombro de la misma manera que los antropólogos que descubren una tribu con extraños rituales- se está desvaneciendo y las tarjetas de débito con chips se están consolidando. Pero la ineficiencia de la infraestructura subyacente refuerza el control de los bancos y restringe la competencia.
Buena parte del debate de EEUU sobre pagos más rápidos se ha volcado a los retrasos de la llegada de los sueldos a las cuentas bancarias. Elizabeth Warren, la senadora y candidata presidencial, ha presionado para que la Fed intervenga. Los beneficios de pagos más rápidos son más profundos y, como otras formas de innovación, son difíciles de entender hasta que los consumidores los experimentan.
Una infraestructura abierta y eficiente puede hacer para los pagos y los servicios financieros lo que Internet hizo para las comunicaciones. Permite a muchas empresas, no sólo los bancos, innovar y crear servicios. Cuando los bancos controlan sus propias plataformas, favorecen lo que conocen.
Rechazo de los grandes
Los grandes bancos han manifestado se desacuerdo con que haya necesidad del servicio FedNow, argumentando que ellos lanzaron su propio servicio de pagos rápidos en 2017, que es operado por el grupo bancario The Clearing House, y ahora cubre cerca de la mitad de las cuentas de depósito a la vista de EEUU.
Pero hasta ahora maneja volúmenes limitados -no ha dado cifras- y numerosos bancos más pequeños, de entre los 10 mil en EEUU, lo consideran sospechoso.
Los bancos sólo permiten que sus pares usar sus redes directamente; PayPal obtiene acceso a través de JPMorgan. El grupo es menos abierto que servicios en otras partes del mundo, incluyendo el Reino Unido, donde el grupo de tecnología financiera TransferWise se convirtió el año pasado en la primera entidad no bancaria en conectarse a la red de Faster Payments. Australia también diseñó su servicio de pago rápido para fomentar el acceso.
La Fed se ha referido sólo a bancos usando FedNow, y no ha prometido expansión. Pero, tal como lo señaló Amazon en su carta de comentarios a la Fed, el crecimiento de los servicios de pagos en tiempo real garantizaría “una alternativa a largo plazo a los servicios existentes de tarjetas de crédito y débito de alto costo”.
La idea de que minoristas como Amazon pudieran adoptar nuevos métodos de pago para contrarrestar las altas tarifas de transacción que alimentan la industria de las tarjetas de crédito no es una frívola especulación.