A cerca de dos años de haber estallado el denominado Caso Factop, los hermanos Ariel y Daniel Sauer continúan siendo el foco de nuevas acciones judiciales por parte de quienes acusan ser víctimas de la trama de facturas falsas y financiamiento irregular desatada al interior del factoring.
Este lunes, el fondo de inversión extranjero “EMF Microfinance Fund AGmvK” de la gestora suiza Enabling Qapital ingresó una querella en contra de los hermanos y principales accionistas de Factop, por los delitos de estafa y falsificación, además de uso malicioso de instrumento privado mercantil.
El vehículo acusa haber sido defraudados por los hermanos Sauer que entregaron “una apariencia engañosa de regularidad respecto de la empresa” al momento de la firma de un contrato para otorgar un financiamiento por US$ 2 millones al factoring, mientras que habrían garantizado el préstamo a través de facturas ideológicamente falsas.
Esta no es la primera vez que EMF acude a la justicia por Factop. El fondo ingresó como uno de los principales acreedores del factoring en su proceso de liquidación concursal, acusando, en aquel momento, una deuda por $ 1.680 millones otorgada a Factop.
Bajo la estrategia de deuda privada, EMF opera desde 2008 entregando préstamos a entidades de microfinanciamiento de mercados emergentes.
El préstamo
La relación entre EMF y Factop comenzó el 23 de enero de 2023, cuando ambas firmas suscribieron un contrato de préstamo por US$ 2 millones por parte del fondo en su equivalente en pesos, es decir, unos $ 1.642 millones de aquella fecha.
“Factop asumió la obligación de devolver el préstamo, estableciéndose una tasa de interés neta del 15,60% anual”, relató la querella.
Para respaldar el crédito, Factop constituyó una prenda de una serie de 101 facturas por un valor total ascendería, según el documento, a poco más de $1.774 millones o US$ 2,14 millones a la fecha de la garantía.
En detalle, 80 de dichos documentos fueron emitidos por Comercial Textil Ziko Limitada, propiedad de Ariel y Daniel Sauer, y la familia Topelberg. De estas, 31 fueron recepcionadas por Inversiones Guayasamín SpA, sociedad en la que Daniel Sauer es el único accionista.
Otras 26 habrían sido emitidas a Inversiones Rae SpA, sociedad que mantiene una querella en contra de Textil Ziko y sus accionistas denunciando la recepción de facturas a su nombre por servicios que nunca habrían sido prestados, incluyendo los documentos prendados a EMF, sostuvo la querella.
Mecanismo de defraudación
De esta manera, los hermanos Sauer, a través de Factop y otras sociedades de su propiedad, habrían creado “un mecanismo de defraudación destinado a obtener financiamiento de distintas entidades, entre las que se encuentra EMF”, aseguró la querella.
“Esto llevó a que nuestra representada (EMF), a partir del engaño del que fue víctima, dispusiera patrimonialmente de una suma de US$ 2 millones en favor de Factop, bajo un acuerdo de restitución del capital más intereses que nunca se cumplió”, agregó el documento.
Además, “los querellados, a través de diversas sociedades de su propiedad, emitieron facturas ideológicamente falsas que fueron luego cedidas a Factop y utilizadas por ellos mismos, con el objeto de garantizar las obligaciones contraídas con EMF en virtud del contrato de préstamo”, añadió el texto.
Dichas facturas fueron utilizadas, según la querella, para “simular que Factop contaba con las garantías suficientes para asegurar el préstamo, en circunstancias que esto no era así”.
En tanto, el uso de estos documentos también habría significado “la imposibilidad de poder cobrar ejecutivamente las mencionadas facturas, considerando hay receptores de dichas facturas son sociedades que también han reclamado su falsedad, manifestando que estas se emitieron fraudulentamente, por servicios nunca prestados y sin su conocimiento”, añadió.
En cuanto a perjuicios, la querella sostuvo que “contempla la suma efectivamente entregada a Factop”, es decir, los US$ 2 millones. A lo que suman lo que se habría devengado por la tasa de interés del 15,6% del capital adeudado, “pagadera mediante seis cuotas, de las cuales solo se pagó una”.