Se suponía que pintaba para ser una tranquila tarde de martes de febrero. Pero no.
La calma estival se transformó en una emergencia a partir de las 3:16 de la tarde, cuando se produjo el peor apagón en años recientes, que desató la brusca paralización de las actividades en oficinas y viviendas, el caos en el transporte y la cancelación de eventos masivos en gran parte del país.
Justo a esa hora, en La Moneda se encontraba el Presidente Gabriel Boric, quien de inmediato se reunió con la ministra del Interior, Carolina Tohá, y comunicó con el titular de Energía, Diego Pardow.
De hecho, el corte de energía también afectó la sede de gobierno y el centro cívico, que usualmente en otras emergencias recupera en forma rápida el suministro, permanecía sin suministro. Hasta los patios de la sede de gobierno se trasladaron funcionarios intentando tener mejor conexión en sus teléfonos, pero el apagón también afectó las comunicaciones.
Tohá se trasladó hasta el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastre (Senapred) para participar del Comité para la Gestión de Riesgo de Desastres (Cogrid) de emergencia y para frenar las primeras versiones sin asidero que hablaban de un supuesto atentado en redes sociales.
La ministra señaló a los medios que era una falla en una central que alimentaba el resto del sistema interconectado lo que había causado la emergencia y ya daba señales de que la normalización no sería rápida.
En paralelo, Boric se trasladó a la central de gestión operativa de Carabineros para monitorear la situación y luego realizó un sobrevuelo por Santiago junto al general director de Orden y Seguridad de Carabineros, Enrique Monrás.
Luego, el Presidente se reunió en la sede de gobierno con la ministra Tohá, la vocera (s), Aisén Etcheverry, el ministro Pardow y el subsecretario del Interior, Luis Cordero. La decisión fue establecer el estado de excepción y toque de queda ante no tener la certeza de la hora en que se restablecería la electricidad.
En el Cogrid algunas de las autoridades se conectaron a la red de Senapred para poder tener sus teléfonos funcionando debido a que a las 19:00 horas se estimaba que el tiempo de funcionamiento de respaldo de las antenas de telecomunicaciones en emergencia se terminaba.
Luego que se tomó la decisión de decretar el estado de excepción y el toque de queda, debido a la caída de los servicios digitales del Gobierno se debió tramitar el decreto “a la antigua” por funcionarios del ministerio del Interior: el Presidente inició los trámites firmando los papeles y luego se trasladaron a pie con el decreto a mano hasta Contraloría donde la contralora Dorothy Pérez los esperaba para timbrar el documento. Posteriormente, los mismos funcionarios llevaron hasta dependencias del Diario Oficial el decreto para finalizar el proceso legal.
En la sede de gobierno ya se alistaba una declaración por parte de Boric, quien transmitió cerca de las 22:00 horas la molestia por lo sucedido debido a las dificultades que generó en gran parte del país el prolongado corte, anunció investigaciones y sanciones por lo sucedido.
Pero Boric volvió a su oficina y se quedó toda la noche del martes en La Moneda monitoreando la situación siendo informado permanentemente de la reposición del servicio. Así, junto a algunos asesores estuvo hasta pasada la medianoche estudiando la legislación eléctrica y los cursos de acción de la superintendencia de servicios eléctricos y del Sernac para establecer responsabilidades, sanciones y compensaciones.