La mañana de este domingo culminó la Reunión Anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de la cual Chile tuvo la oportunidad de ser el país anfitrión. Con una amplia participación de delegaciones de 59 países, cerca de 5 mil asistentes y once acuerdos firmados para afrontar los desafíos de desarrollo económico en la región, el presidente de la entidad, Ilan Goldfajn, catalogó la cumbre como un completo “éxito”.
“Tuvimos una intensa actividad en salas y pasillos. Eso evidenció el compromiso que todos tienen con el futuro de la región (…) Estas reuniones mostraron que seguimos avanzando en la dirección correcta. Estamos en modo de implementación total”, expresó el execonomista jefe de Banco Itaú.
A sus palabras se sumó el ministro de Hacienda, Mario Marcel, quien luego de haber asistido a alrededor de 15 asambleas del BID a lo largo de su trayectoria destacó esta edición por su especial carácter conciliador. “Me han tocado reuniones complejas, con conflictos, con negociaciones frustradas, en momentos de crisis (…) El tono de esta reunión, en definitiva, fue muy constructivo en lo que se refiere a Chile”.
Los tratados
El secretario de Estado también celebró que se lograron los objetivos principales de la asamblea: la implementación de los acuerdos que se hicieron en la edición del 2024 en Punta Cana. De estos once tratados, tres de ellos tienen especial importancia para Chile a ojos de Marcel.
La primera, que ya cuenta con la inscripción de más de 30 países, es la iniciativa de cooperación regional en materia de desastres naturales. Esta establece convenios bilaterales a través de los cuáles existirá una política de ayuda automática en casos de emergencia. Para ello, se contará con un monto de US$ 10 millones en financiamiento no reembolsable entre 2025 y 2030.
Algunas de los focos de la iniciativa son el desarrollo de herramientas para evaluación de riesgos, sistemas de alerta temprana, creación de redes para una respuesta coordinada y la implementación de instrumentos financieros como bonos de catástrofe.
A esta se suma el programa Conexión Sur de corredores bioceánicos. Con este se busca fomentar la conectividad estratégica de los mercados para reducir costos y atraer la inversión. “Tiene un enorme beneficio potencial, especialmente para las regiones del norte de Chile”, elogió el ministro. “Hoy en día no solo tenemos más inversiones en minería del cobre, tenemos minería del litio, tenemos generación de energía solar, energía eólica. Si a eso le agregamos la logística ligada a los corredores bioceánicos se potencia como una región con una base productiva mucho más amplia y sostenible en el tiempo”.
En tercer lugar está la iniciativa BID Cuida, que apunta a abordar la escasez regional de servicios de cuidado de personas mediante la inversión para generar mayor empleabilidad.
Para el titular de Hacienda, esta responde directamente a una de las preocupaciones que existen en Chile y que han sido, según sus palabras, prioridad para este Gobierno: transformar los cuidados en un cuarto pilar del sistema de protección social
US$ 40 millones para la economía chilena
Además de la concreción de los tratados, Marcel celebró el impacto positivo que trajo haber sido el país sede de esta asamblea. “El haber recibido a 4800 visitantes tiene un efecto económico positivo para la industria de servicios”, sostuvo. “Hemos tratado de cuantificar este impacto tanto en su efecto directo como indirecto y estimamos que los beneficios para la economía chilena rondaron los US$ 40 millones”.
A esto añadió que, a final de cuentas, el costo de llevar a cabo el evento se autofinanció. “Lo que el Gobierno invirtió en ella se terminará por recuperar por la vía de los impuestos que se generan por lo que esta misma actividad generó”, detalló el ministro.