El año 2024, sin lugar a dudas, fue más amable con los varones que con las mujeres, al menos en términos laborales. Al profundizar en los diversos indicadores laborales locales, se observa una brecha entre ambos, tanto en creación de empleo como en ocupación, según constató un análisis del Observatorio Económico Social de la Universidad de La Frontera (OES-UFRO).
Basado en las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) correspondientes al trimestre octubre-diciembre de 2024, el zoom arrojó que los 82.924 nuevos empleos que se crearon en el último año estuvieron impulsados principalmente por hombres y, de hecho, en los últimos 12 meses se sumaron 113.915 al mercado laboral. En contraste, las mujeres registraron una pérdida neta de 30.991 puestos de trabajo.
En 10 de las regiones se registraron alzas anuales en las ocupadas mujeres y en seis se vieron caídas en el empleo femenino. En el caso de los hombres, en 15 regiones se anotaron alzas anuales y solo en Ñuble se registró una caída.
En términos territoriales y absolutos, la región de Coquimbo fue la de mejor desempeño en este indicador al generar 24.234 puestos laborales con relación a igual trimestre de 2023. Le siguió Biobío que logró un aumento de 14.925 ocupados.
En la vereda contraria, las regiones de peor desempeño en generación de nuevas plazas laborales fueron la Metropolitana y Valparaíso, que registraron variaciones de -10.420 y -8.497 ocupados, es decir, hubo destrucción anual de empleos. En estas últimas fue donde se verificó la mayor destrucción de empleo femenino, con descensos anuales de 64.161 y 17.293, respectivamente.
Considerando este escenario, en 10 de las regiones se registraron alzas anuales en las ocupadas mujeres y en seis caídas en el empleo femenino. En el caso de los hombres, en 15 regiones se anotaron alzas anuales y solo en Ñuble se registró una caída.
Pero ¿a qué se deben estas significativas diferencias? Según explicó el coordinador del Observatorio Económico Social de la UFRO, Patricio Ramírez, los hombres tienen mayores niveles de participación y ocupación laboral, “por lo que tienen mayores probabilidades de encontrar empleo que las mujeres, es decir, hay más hombres entrando y buscando empleo”, dijo y agregó que la fuerza de trabajo femenina llega a 4,3 millones de mujeres, mientras que la fuerza de trabajo masculina alcanza a 5,7 millones de personas.
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Otro factor que pone en la mesa es que las mujeres tienen, en general, menor capacidad de adaptabilidad a modificaciones y ajustes laborales en temas de horarios y jornadas, o cambios de lugar de trabajo, por lo que sus empleos “son también en general más inestables en comparación a los hombres cuando hay cambios o ajustes en las empresas ya sea por temas internos o externos”.
Para el experto también influyó el hecho de que el sector del comercio destruyó más de 45 mil puestos de trabajo en el último año, “y esta es una rama que típicamente absorbe mucho empleo femenino. Lo mismo pasó con la rama de ‘otras actividades de servicios’, que disminuyeron en más de 22 mil los empleos en 12 meses, y aquí también se desempeñan bastantes mujeres”.
Ocupación y participación
Los datos indican que la tasa de ocupación femenina de Aysén fue la mayor al cierre de 2024 con un 62%, seguida de Magallanes con un 55,6%. Mientras que Ñuble y Biobío registraron las menores tasas, con 41,9% y 42,8% respectivamente.
En el caso de los hombres, los mayores niveles de ocupación laboral también se observaron en Aysén y Magallanes con 76,6% y 72% respectivamente. En el otro extremo estuvieron Arica y Parinacota junto a Ñuble, con 59,1% y 60,6%, respectivamente.
Con relación a la tasa de participación femenina, Aysén exhibió el mayo nivel (64,9%), seguida de Magallanes (58,6%). Ñuble y Biobío registraron las menores de 46,5% y 47,6%, en cada caso.
En el caso de los varones, los mayores niveles de participación laboral en 2024 estuvieron en Aysén y Antofagasta con 78,8% y 76,2%.
Propuestas
Para Ramírez estos datos refuerzan la necesidad de impulsar medidas y políticas que faciliten la mayor incorporación de mujeres al mercado laboral. Así, el vocero recomendó avanzar en regulaciones laborales menos rígidas, como por ejemplo, mayor flexibilidad de horarios para empleos a tiempo parcial.
También planteó que se requiere de “mayor cantidad de guarderías y/o jardines infantiles para que las mujeres puedan dejar a sus hijos o menores mientras trabajan. El proyecto de sala cuna universal también me parece va en la dirección correcta, ya que hoy las mujeres salen de la fuerza de trabajo (o no entran) en gran parte por estar al cuidado de menores y/o adultos (razones familiares), por lo que ayudar a destrabar ese obstáculo permitiría un mayor acceso laboral femenino”, dijo.
A su juicio, avanzar en una política de capacitación focalizada en mujeres jefas de hogar de estratos socioeconómicos medio-bajos también contribuiría, ya que son ellas las que tienen menos probabilidades de acceder al mundo del trabajo, así como también fomentar y fortalecer programas de emprendimiento femenino, impulsar subsidios a la contratación de mujeres, entre otros.