Por Shawn Donnan
Ginebra
Pascal Lamy, el saliente director general de la Organización Mundial de Comercio, fue crítico con las negociaciones comerciales entre la Unión Europea y Estados Unidos y otras iniciativas regionales lideradas por EEUU, cuestionando su “coherencia” y valor a los esfuerzos globales de liberalización.
El lanzamiento este mes de las negociaciones comerciales entre la UE y EEUU ha sido catalogado como el mayor acuerdo comercial bilateral que se haya intentado. Coincide con un aumento en el interés en negociaciones regionales, incluyendo las conversaciones que se extienden por cinco años para la conformación del Acuerdo Estratégico Transpacífico (TPP, su sigla en inglés), compuesto por once países, a las que se unirá Japón por primera vez la próxima semana.
El aumento en estos esfuerzos es visto como un gran desafío a la estancada ronda de Doha, patrocinada por la OMC, y ha provocado un debate dentro de la institución de 159 miembros por el futuro de su posición como el principal motor de las negociaciones comerciales globales.
También llega en momentos de tensiones crecientes entre China y la Unión Europea y EEUU, por el sensible mercado de los paneles solares. Los negociadores de China y la Unión Europea, entretanto, están apurándose para evitar la fecha tope del 6 de agosto para la imposición de aranceles punitivos a los paneles solares chinos exportados a Europa como parte del mayor caso comercial de la Unión Europea.
Pero en una entrevista con Financial Times sólo semanas antes de dejar su puesto después de ocho años, Lamy fue discretamente crítico de los acuerdos de la UE con EEUU y el TPP. “La realidad es que el jurado aún no ha decidido” si serán exitosos o no, dijo el ex comisionado de comercio europeo.
Los defensores de los esfuerzos regionales argumentan que EEUU y sus socios están inyectando un nuevo dinamismo a la agencia negociadora comercial global, después de un largo período de parálisis gracias al estancamiento de la ronda de Doha. Junto con otras iniciativas regionales, aseguran, podrían formar eventualmente los bloques de construcción de un acuerdo global.
También apuntan al ritmo agónicamente lento de las negociaciones en Ginebra y el poder de jugadores como India y China en ejercer un veto al adoptar posiciones intransigentes. Lamy aseveró que no estaba claro si las autoridades en Washington, Bruselas y Tokio habían analizado bien cómo los acuerdos transatlántico y transpacífico funcionarán juntos si logran concluir exitosamente.
La experiencia muestra que los acuerdos bilaterales y regionales podrían ser “peldaños” en lugar de “escollos” para grandes tratados multilaterales, afirmó.
Sin embargo, la creciente importancia de las barreras no arancelarias como estándares de seguridad alimenticia y reglas de emisión para los autos significa que unir esos acuerdos podría ser más difícil en el futuro.
Aceptando los estándares de regulación a nivel bilateral o regional se podría llegar a una integración regional más profunda, recalcó Lamy. Pero podría además complicar el proceso para adquirir un acuerdo global con “coherencia normativa” y potencialmente elevar nuevas barreras al comercio.
“Este inconveniente no está resuelto por el momento. Nosotros no sabemos si esa es la aspiración. No sabemos quienes serán los que le darán coherencia a esto” expresó.
“La pregunta real al final del día es si esto llevará a una convergencia multilateral o no” reflexionó Lamy.
Este tipo de acuerdos regionales parecen decididos a construir una “coalición de los dispuestos” para evitar situaciones difíciles como subsidios a la agricultura.
“Ninguna de estas (negociaciones) bilaterales, multilaterales, mini o mega llevará jamás a un acuerdo para reducir los subsidios agrícolas que distorsionan el comercio”, dijo. “Hemos escuchado mucho sobre la negociación UE-EEUU. Pero nadie ha mencionado que estos dos elefantes coloquen en el menú la reducción de sus subsidios que distorsionan el comercio. Y ellos aún tienen muchos de ellos. Y probablemente debe ser lo mismo entre la Unión Europea y Japón o incluso entre Suiza y Japón”.
Acuerdos regionales en tratativas
Ronda de Doha
Lanzadas en 2001, las negociaciones sobre un acuerdo global han estado paralizadas desde 2008 debido a desacuerdos entre los países desarrollados y en desarrollo por temas como el acceso a los mercados.
Unión Europea-EEUU
Las conversaciones comenzaron este mes, y se espera que sea el mayor acuerdo comercial bilateral negociado hasta ahora. Según la Comisión Europea, cada día se comercializan 2 mil millones de euros en bienes y servicios entre la Unión Europea y EEUU.
Acuerdo Estratégico Transpacífico
EEUU y países como Australia, Nueva Zelandia, Chile y Singapur han intentado negociar el TPP desde 2008. Japón se unió a las tratativas este año.
Asociación de Naciones del Sudeste Asiático
Los diez miembros de la Asean lanzaron discusiones el año pasado para sumar a seis países (Australia, China, India, Japón, Corea y Nueva Zelandia) en un acuerdo único a 2015, el Acuerdo Económico Regional Amplio.
Alianza del Pacífico
El bloque, formado en junio de 2012, une a Chile, Colombia, México y Perú, sumando un PIB de US$ 1,7 billón, lo que equivale a la octava mayor economía mundial.