La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) volvió a recortar su estimación del crecimiento mundial para 2016 y la situó en 3% desde el anterior 3,3%.
Para 2017 también lo recortó a 3,3% desde el 3,6% proyectado en noviembre.
Para Estados Unidos, el recorte es de 0,5 puntos para 2016, cuando llegaría a 2%, y de 0,2 para 2017, hasta 2,2%; mientras que para China la mantuvo en 6,5% para este año y en 6,2% para el próximo.
Para la zona euro, la institución ha recortado cuatro décimas su previsión del pasado mes de noviembre para 2016 y en dos décimas la de 2017, que ahora se sitúan en el 1,4% y el 1,7%, respectivamente.
El crecimiento económico en 2016 será inferior al de 2015, con ralentización en muchos países emergentes y modesta recuperación en los avanzados, al tiempo que caen los precios de las materias primas, el comercio, los salarios y los precios, en una coyuntura de inestabilidad financiera.
Es la principal conclusión que se desprende de la revisión intermedia del informe semestral de Perspectivas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, y que lleva a la OCDE a pedir una respuesta colectiva para "fortalecer la demanda" porque "las políticas monetarias por sí solas" no funcionarán.
La OCDE también recomienda revitalizar las reformas estructurales, que a ojos de la organización pasan por un momento de relajación, y por alejarse de las políticas fiscales contractivas presentes en la mayoría de economías avanzadas, con reducciones del gasto público y/o aumento de la presión fiscal.
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