Fannie Mae y Freddie Mac se han derrumbado en Wall Street
durante esta semana. Estas compañías son responsables de la mitad de las
hipotecas en Estados Unidos y la prensa extranjera publica que el Departamento
del Tesoro estudia un plan de rescate.
La prensa estadounidense recoge la posibilidad de que el
Gobierno de Estados Unidos implemente un rescate de Fannie Mae y Freddie Mac,
las dos mayores compañías hipotecarias en Estados Unidos que son prestatarias
de la mitad de las hipotecas del país. Las dudas sobre si estas empresas tienen
suficiente capital para hacer frente a las provisiones, han hundido sus
acciones en Wall Street durante toda la semana hasta mínimos desde 1991.
Según las informaciones publicadas en 'Bloomberg' y el 'New
York Times', estas compañías son demasiado grandes, y están subvencionadas por
el Estado, como para que el Tesoro permita que se hundan. Algunos funcionarios
públicos que prefieren permanecer en el anonimato, aseguran que el Tesoro
podría comprar una o las dos hipotecarias. Esta sería la única manera de evitar
que sus acciones sigan cayendo y que los préstamos hipotecarios que tiene, o
que garantizan, carezcan de válidez.
Deuda en manos de los bancos centrales
La situación es seria por el tamaño de estas compañías y su
efecto en la confianza de los inversores. Además, una bancarrota en las dos
hipotecarias se extendería al extranjero, ya que los bancos centrales tienen
deuda y bonos hipotecarios estadounidenses que incluyen títulos de Fannie Mae y
Freddie Mac. Estos títulos de deuda en manos de los bancos centrales
extranjeros crecieron la última semana en 9.000 millones de dólares (5.690
millones de euros), hasta alcanzar la cifra récord de 978.000 millones de
dólares (618.465 millones de euros), lo que supone un incremento de un 18% en
2008. El Gobierno estadounidense posee además 5.000 millones de dólares en
deuda propia o garantizada de ambas compañías.
Los expertos calculan que para que Fannie Mae y Freddie Mac
sean consideradas insolventes deberán presentar pérdidas y provisiones por
77.000 millones dólares, cerca de 50.000 millones de euros (40.000 millones la
primera y 37.000 millones la segunda, antes de que el Gobierno implemente un
rescate.
Según la Ley de 1992, The Office of Federal Housing Enterprise
Oversight, el Gobierno puede paralizar la negociación de estas compañías si su
"capital vital" cae por debajo de un estándar recomendado. El
problema es que la capacidad de maniobra del Gobierno estadounidense es
limitada, pese a que al ser compañías subvencionadas cuentan con toda la
autoridad legal para intervenir.
El Tesoro, que sería el brazo del Gobierno que intervendría,
no podría asumir todas las operaciones de ambas compañías porque esto supondría
doblar la deuda federal. Un movimiento en este sentido tendría consecuencias
desastrosas para la debilitada posición del dólar.
Aunque ninguna de las dos hipotecarias ha hecho
declaraciones a este respecto, algunos
políticos que han opinado sobre un posible rescate. El candidato republicano
John McCain ha dicho que estas compañías "son vitales para la capacidad de
los americanos para tener sus propias casas".