La caída en las tasas de natalidad es una tendencia que impera en casi todos los países y que ha sido especialmente severa en el caso de Chile, donde los nacimientos han caído 27% durante la última década, consolidando uno de los peores índices de natalidad del mundo.
Así lo evidencia la tasa global de fecundidad (TGF) -indicador que mide la cantidad de hijos por mujer en edad fértil- que en nuestro país ha caído vertiginosamente en los últimos años, llegando a 1,17 en 2021 según el INE, un 22% inferior a las proyecciones estimadas por esa entidad y muy por debajo de la tasa de reemplazo de la población de 2,1 hijos por mujer en edad fértil, cifra no alcanzada desde 1999.
Y análisis con datos más recientes apuntan a un panorama aún más complejo. Según More Births -ONG provida creada en EEUU por Daniel Hess para estudiar la fertilidad a nivel internacional-, Chile registró en 2024 una caída de 23% en la TGF, descenso que destaca como el más abrupto del mundo para llegar a solo 0,88 hijos por mujer en edad fértil, similar a la de naciones como Corea del Sur.
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“La dinámica demográfica supone desafíos muy importantes para toda la organización social. Desde la economía, el trabajo, la educación, las pensiones, la salud y los cuidados, todo se sostiene en el principio de que va a haber nuevas generaciones que reemplacen a las anteriores", advirtió la académica de la UC y socióloga de la Universidad de Cambridge, Martina Yopo. La Encuesta Bicentenario 2024 de la UC arrojó que la natalidad cayó 38% en una década y que la principal razón es la dificultad de compatibilizarla con el desarrollo profesional.
El resultado es la progresiva disminución de la población joven y el envejecimiento demográfico. En datos del Banco Mundial, el 14% de la población chilena tenía 65 años o más en 2023, cuatro puntos sobre el promedio de América Latina.
Respecto de las implicancias para la economía, la directora del Centro de Estudios del ESE, Cecilia Cifuentes, estos cambios demográficos implican medio punto de crecimiento por su efecto en el mercado laboral y factores como la escasez de mano de obra, la caída en horas trabajadas y productividad decreciente.
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Reconversión en clínicas y hospitales
El cambio en la composición demográfica ha impulsado una reestructuración en los establecimientos de salud. Un ejemplo tuvo lugar en Red Salud, que desde 2021 ha cerrado cinco áreas de maternidad en sus clínicas a nivel país.
En Empresas Banmédica, los nacimientos a nivel de sus prestadores -la clínicas Santa María, Ciudad del Mar, Biobío, y los establecimientos de Red Dávila- concretados en 2024 equivalen a menos de la mitad de los registrados diez años antes. En este escenario, Clínica Dávila Recoleta ajustó en un 60% las camas gineco-obstétricas al pasar de 120 unidades en 2014 a 48 el año pasado.
La baja natalidad “ha empujado ciertos ajustes, poniendo el foco en impulsar las atenciones de alta complejidad en todas las especialidades, particularmente en recién nacidos, lo que nos ha motivado a reforzar la adquisición de tecnología de punta”, señaló el gerente general de Prestadores de Chile de Empresas Banmédica, José Ignacio Valenzuela. Una muestra es la nueva Unidad de Neonatología de Clínica Santa María abierta a fines del año pasado para atender a niños prematuros o con enfermedades que requieran cuidados especiales, con seis cupos de intermedio e igual número de UCI.
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A partir del escenario de fuerte caída en los nacimientos y las proyecciones de disminución en los próximos 20 años, Clínica Alemana –que pese a esta tendencia su maternidad “ha tenido un crecimiento sostenido de 16% entre 2019 y 2024”- ha puesto atención en las implicancias de la incorporación de la mujer al mundo laboral, así como sus deseos de capacitación y estudio. “La tendencia a la postergación de la maternidad se observa en los laboratorios de medicina reproductiva”, marco en el cual en esa institución privada la congelación de óvulos en mujeres mayores de 30 años ha crecido un 33% en los últimos cinco años.
Una tendencia similar registró la red de salud pública, donde las camas gineco-obstétricas disminuyeron 22% una década, con 675 camas menos.
En el Hospital El Pino de San Bernardo, el segundo mayor establecimiento del sector surponiente de Santiago, reportó 2.083 nacimientos anuales, un tercio de los registrados hace una década. El director del área de maternidad de ese hospital, Juan Toso, explicó que la caída en los nacimientos ha forzado la reconversión de las camas producto de una mayor demanda de atención por enfermedades crónicas asociadas a una población más longeva. “Medicina comenzó a aumentar las camas para tratar esas patologías y en maternidad fueron quitando camas, porque no se requerían más”, indicó Toso, lo cual repercute en una mayor demanda de profesionales en patologías de adultos.
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Presiones sobre la educación
Otro frente donde ya se deja entrever el impacto de la menor natalidad es el sector educación. A nivel de colegios reconocidos por el Mineduc se perdieron 84.624 matrículas de párvulos entre 2019 y 2023, lapso en el cual los establecimientos de Junji e Integra redujeron sus plazas en 10%. Asimismo, la Federación de Instituciones de Educación Particular (FIDE) aseguró que en los últimos años han cerrado jardines infantiles en todas las regiones del país producto de la falta de matrículas y problemas económicos. “El fenómeno (de la baja natalidad) es real y se está sintiendo, y si bien aumentaron las matrículas en los pagados, abajo (educación preescolar) estamos con problemas de matrículas”, aseguró el presidente de la FIDE, Pedro Díaz.
El mayor problema provocado por la baja natalidad en la educación se refiere al financiamiento. Según Díaz, la falta de alumnos en los cursos de prebásica está teniendo un impacto entre 2% y 3% en el presupuesto de los establecimientos. Si bien es un fenómeno que recién está iniciando, advirtió que, de no mejorar la situación, el sector se verá obligado a recortar gastos.
En tanto, para el sistema público y los colegios subvencionados ya se proyectó una menor matrícula y asistencia para la educación escolar. Así lo dejó entrever la Ley de Presupuestos 2025, que recortó $59.435 millones en Subvención de Escolaridad Base y $17.403 millones en Programa de Alimentación Escolar.
Para el director ejecutivo de Acción Educar, Sebastián Edwards, este escenario abre una oportunidad para el cambio, donde el financiamiento a la educación sea independiente de la matrícula. “Un menor número de niños permite aumentar la subvención por estudiante sin incrementar el gasto público. Levantando algunas barreras regulatorias, se podrían ajustar las plantas docentes y reorientar recursos para la calidad”. Advirtió que “si no se hace nada, los sostenedores que están muy ajustados en lo financiero podrían ver disminuidos sus flujos de recursos significativamente y caer en crisis muy difíciles de administrar, como ha sido el desfonde del sistema municipal durante la implementación de los SLEP”.
Transformación inmobiliaria
La transformación en la composición de la familia ha sido recogida por los desarrolladores de proyectos de viviendas. Dado que el promedio de personas que componen un hogar supera levemente los tres integrantes, el gerente comercial de Portal Inmobiliario, Gianfranco Aste, indicó que las propiedades con menos metros cuadrados y más conectividad son las más demandadas, y que las empresas que logren responder con eficacia a demandas de áreas recreativas y espacios adaptados para una población más longeva obtendrán los mayores réditos.
En la misma línea, el director ejecutivo de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios, Slaven Razmiliv, explicó que la oferta se está dirigiendo a viviendas con menos dormitorios, con más áreas comunes y con espacios que puedan servir de oficina, y recalcó que cada vez serán más comunes edificios y condominios especialmente diseñados para la tercera edad. También destaca la expansión de los multifamily, con departamentos en arriendo administrados por una firma especializada.
Efectos en el consumo
El sector de consumo masivo ha reconvertido su oferta ante la menor natalidad. P&G Chile reveló que el mercado de pañales se redujo un 20% en los últimos cinco años y que el volumen de ventas disminuyó entre 3% a 4% en el último año.
La directora de Data & Insights de P&G Chile, Daniela Zuñiga, señaló que la disminución en los volúmenes de ventas está relacionada directamente con la baja natalidad. Sin embargo, la baja en volúmenes de consumo ha sido compensada con la premiumización de los productos, lo que ha impulsado la diversificación en la oferta. “Los padres están dispuestos a invertir mayor cantidad de dinero en productos de alta calidad. Esto se observa en pañales como también en otras categorías de cuidado infantil como jabones, cremas y alimentación” aseguró la ejecutiva, quien añadió que Chile se diferencia del resto de la región por la fuerte inclinación a los productos premium, que actualmente representan el 50% de las ventas. Desde P&G proyectan que los volúmenes de ventas seguirán cayendo entre 3% y 4% anual, pero que el segmento de productos de mayor calidad se mantendrá estable. “La compra de tallas más grandes y la premiumización se mantendrán como tendencias clave que amortiguarán este impacto, especialmente en el segmento de pañales de alta gama”, indicó.