Luego de la elección estadounidense en noviembre, y especialmente a partir del cambio de administración en enero, la gran mayoría de las criptomonedas inició un rally histórico, alimentado no solo por la especulación, sino que también por la percepción de que el nuevo gobierno republicano estimularía esta clase de activos.
Trump ha cumplido su palabra: una de las primeras medidas adoptadas por la nueva administración fue la disolución del Equipo Nacional de Cumplimiento de Criptomonedas del Departamento de Justicia, dejando de lado las investigaciones regulatorias sobre activos digitales para concentrarse exclusivamente en delitos de mayor gravedad, como terrorismo y trata de personas vinculados al uso de criptoactivos.

A este cambio se sumó una flexibilización por parte de la Comisión de la Bolsa y Valores americana (SEC), que redujo considerablemente su actividad fiscalizadora y suspendió investigaciones en curso sobre plataformas relevantes como Coinbase y Kraken. Este cambio en la postura regulatoria fue interpretado por el mercado como un guiño favorable a la industria, generando inicialmente un repunte en la confianza de los actores del ecosistema. Así, el bitcoin superó los US$ 106.000 entre fines de enero y comienzos de febrero pasado.
Sin embargo, hoy la criptomoneda se cotiza por debajo de los US$ 79.000, perdiendo gran parte de su ganancia desde la elección de Donald Trump.
¿Qué pasó en el camino? A comienzos de marzo, Estados Unidos anunció la creación de una Reserva Estratégica de Criptomonedas, compuesta por activos como Bitcoin (BTC), Ethereum (ETH), XRP, Solana (SOL) y Cardano (ADA). La iniciativa fue presentada como un esfuerzo por posicionar a EEUU como líder global en la economía cripto.
En un primer momento, el anuncio provocó un alza inmediata en el valor de Bitcoin, que alcanzó los US$ 94.000. Sin embargo, el entusiasmo se moderó rápidamente luego de que se aclarara que la reserva se conformaría exclusivamente con activos previamente adquiridos, sin nuevas compras financiadas por el tesoro americano. Esto llevó a una corrección del mercado, con una caída cercana al 5% en las principales criptomonedas.
Correlación con el Nasdaq
A eso se suma la aversión al riesgo levantada por la guerra comercial de aranceles desatada por Estados Unidos, y que ha golpeado a todos los activos incluyendo las criptomonedas. El analista de e-Toro, Javier Molina, señala que frente a los acontecimientos de la última semana “no estamos ante una corrección cualquiera. Lo que empezó como un ajuste técnico ha mutado en una crisis de confianza. Una crisis que no se está gestionando correctamente desde los bancos centrales ni desde el liderazgo político”.
Agrega que en el caso del bitcoin “esta corrección, impulsada por factores macroeconómicos globales, sigue un patrón similar al observado tras la aprobación de los ETF de criptomonedas. Aunque no se puede afirmar que hayamos tocado fondo, bitcoin envía una señal de estabilidad, lo que invita a los inversionistas a reevaluar sus estrategias en busca de activos que soporten mejor la incertidumbre global”. ¿Cómo seguirá la cotización en las próximas semanas? Molina explica que los US$ 88.000 son un “techo” difícil de superar por ahora, y que, por abajo, el piso estaría en torno a los US$ 73.000.
Una vez más, el bitcoin demuestra su verdadera naturaleza de activo risk-on, que tiende a sufrir significativamente cuando aumenta la aversión al riesgo, a diferencia, por ejemplo, del oro, un activo risk-off, que mantiene su valor o incluso lo aumenta, actuando como cobertura ante el riesgo. De hecho, dicen analistas, la correlación entre el rendimiento del índice Nasdaq 100 y el bitcoin prueba que las acciones tecnológicas y las criptomonedas comparten fundamentos técnicos.
Sin embargo, algunos expertos señalan que ni las criptomonedas ni la mayoría de los negocios relacionados con este mercado se verán directamente afectados por los aranceles, a excepción de las mineras cripto de EEUU, que dependen de proveedores extranjeros para su hardware. “No tiene ningún sentido que el mercado cripto reaccione a los aranceles, ya que, por definición, probablemente sea la única industria en todo el sistema financiero que no se ve afectada de ninguna manera por ellos”, explica Jeff Dorman, director de inversiones de Arca. 