La guerra arancelaria cerró una semana que quedará en la historia, con las dos principales economías del mundo, Estados Unidos y China, imponiéndose aranceles por sobre el 100% para su comercio bilateral. Pese a que a China se le aplicó la tasa más alta, el gigante asiático ha logrado prepararse para este escenario.
Al inicio de la semana se esperaba que los aranceles de Estados Unidos a China se mantuvieran en el 54% tras la imposición de los aranceles recíprocos a más de 60 países anunciados la semana pasada. Sin embargo, la respuesta con más gravámenes por parte de Beijing -que impuso tarifas del 34% para EEUU- no sentó nada bien a Trump que cerró la semana con una carga 145% a los productos de China que ingresen a su país, mientras a otros países les otorgó una prórroga de 90 días.
En Beijing no han tardado en responder a los anuncios bajo la máxima “ojo por ojo”, donde el último golpe vino precisamente de China que ayer elevó los gravámenes a 125% a todas las importaciones estadounidense, medida que entró en vigor hoy 12 de abril. Desde el país asiático, aseguraron que ignorarían cualquier nuevo aumento a los aranceles estadounidenses sobre las importaciones chinas, “dado que, con el nivel arancelario actual, no hay aceptación en el mercado para los productos estadounidenses exportados a China” aseguró el Ministerio de Finanzas de China.

En medio del alza de tensiones, Beijing ha desplegado una estrategia de tres frentes: responder a los anuncios, estimular la economía para que no pierda dinamismo y negociar con socios comerciales. “China tiene más capacidad de aguante estructural. A diferencia de EEUU, su gobierno puede actuar sin contrapesos institucionales: bajar tasas, ampliar el gasto fiscal o devaluar su moneda” explicó Alejandro Guin-Po, economista senior de LarrainVial.
Impacto
Los aranceles afectan en mayor medida a Beijing, dado que exporta más de lo que importa. Según datos de la Oficina de Análisis Económico de EEUU en el 2024, China registró un superávit comercial con EEUU de US$ 263.338 millones.
El exdirector general de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, Osvaldo Rosales, aseguró que la guerra arancelaria le costará a China entre 0,5% y 1% del PIB este año. Desde el gobierno chino anunciaron un paquete de estímulos para la economía ante el eventual impacto de los aranceles.
Desde el banco de inversiones Citi recortaron las proyecciones de crecimiento para el gigante asiático a 4,2%, alejándose del objetivo del 5% impuesto por el gobierno chino. Además, desde la entidad advirtieron que los aranceles podrían hacer caer un 5% las exportaciones anuales, borrando el crecimiento que tuvo el año pasado cuando aumentó en un 5,9% sus envíos.
Las presiones de Beijing
La guerra arancelaria que ha impulsado la administración Trump ha impactado al mercado, uno de los activos más sensibles para la economía norteamericana, los bonos del tesoro, se han visto afectados. Se especula que desde Beijing -uno de los principales acreedores de los papeles- comenzaron a liquidar los bonos americanos, lo que elevó la tasa a 10 años de 3,9% que cerró la semana pasada, a 4,9% esta semana, mientras que los bonos a 30 años pasaron de 4,4% a 4,92%.
“Estados Unidos se enfrenta próximamente a varias renovaciones de deuda y ahí la estrategia que se había pensado era que las tarifas estaban logrando cotizar a la baja, por lo tanto, era una buena oportunidad para hacer una nueva emisión, lo que se conoce como el rollover de la deuda, para emitir bajo y poder pagar esa deuda de corto plazo postergando los plazos” explicó Guin-Po.
En paralelo, Beijing ha estado devaluando el renminbi por más de seis días consecutivos y recortó su cotización hasta los niveles mínimos desde el 2007. El renminbi llegó el jueves a los 7,351 unidades por dólar. “La devaluación hace que exportar cosas desde China salga más barato aún y contrario a la posición de Trump, que quiere un dólar más bajo. La lógica en la devaluación del renminbi es que los productos se vuelven más baratos y, por lo tanto, todo el mundo va a querer esas exportaciones” aseguró Guin-Po.
Las importaciones de soja es otro de los movimientos que estaría evaluando Beijing, dado que es la principal importación proveniente de EEUU y es usado para alimentar a los aproximadamente 440 millones de cerdos que tiene el país asiático. Sin embargo, China estaría barajando la idea de prohibir su importación desde Norteamérica prefiriendo nuevos mercados.
¿Está preparada?
La guerra arancelaria aún es muy incierta sobre su duración, sin embargo se prevé que será un conflicto de desgaste, ante lo cual el mundo se pregunta sobre la capacidad de Beijing para aguantar un conflicto con su segundo mayor socio comercial. “China es bastante fuerte y mucho más que durante los conflictos anteriores” aseguró el dos veces embajador de Chile en China, Luis Schmidt.
Pese a ser la segunda máxima economía del mundo, China aún no logra recuperarse del todo tras la pandemia. Las reformas del gobierno contra el sector tecnológico e inmobiliario en el 2020 y el confinamiento, le provocaron pérdidas de más de un billón de dólares en capitalización bursátil hundiendo los ahorros de decenas de millones de personas, desestabilizando el sector inmobiliario.
“La crisis inmobiliaria que arrastra hace varios años, se diferencia con respecto a las subprime, que las autoridades han detectado que ahí existe un problema y han venido gestionando soluciones. Claramente ahí van a tener un desafío importante” aseguró Rosales.
El empleo juvenil también aqueja enormemente al gigante asiático, que tras el auge de la IA ha incrementado a 21,3% durante julio de 2024, niveles récord que llevaron al gobierno de Xi Jinping a dejar de publicar los datos.
Lección aprendida
Esta no es la primera vez que las dos principales economías del mundo mantienen una disputa arancelaria. Entre el 2018 y 2019 se impusieron aranceles a China por 14 meses por más de US$ 200 millones en productos, escenario que provocó que el gigante asiático comenzara a prepararse y dejar la dependencia de EEUU.
Rosales explicó que China cuenta con una “gran ventaja” en el corto plazo, dado que puede reemplazar los productos que importa desde EEUU de manera más sencilla. En cambio, para la Casa Blanca es más complicado reemplazar las importaciones Chinas que el año pasado superaron los US$ 400.000 millones. En esta línea, Rosales aseguró que cambiar los procesos y reindustrializar EEUU es un proceso que tardará.
Tras la primera administración de Trump y los aranceles que afectaron principalmente al sector energético, el Departamento de Comercio de EEUU comprobó que los productores chinos de paneles solares habían trasladado sus operaciones de ensamblaje a países como Malasia, Tailandia, Camboya y Vietnam evadiendo los aranceles impuestos.
Nuevos acercamientos
“Esta política desatada por Donald Trump se convierte en una oportunidad para China, que mira cuáles son los espacios nuevos que se abren tras la crisis. Ellos han demostrado, que tienen la habilidad para poder reencontrarse siempre con las oportunidades y el desarrollo que están buscando” aseguró Fernando Reyes, exembajador de Chile en China.
En medio del conflicto, el gobierno chino ha logrado grandes hitos en materia internacional acercando posiciones con España y con la Unión Europea. “España ve a China como un amigo de la UE” aseguró el presidente español, Pedro Sánchez, que se encuentra en una gira por Asia, donde acordaron trabajar por una “asociación estratégica integral” con China.
Beijing también logró reunir por primera vez, en más de cinco años, a los cancilleres de Japón y Corea del Sur en China, donde entre las tres naciones acordaron hacer seguimiento a las políticas arancelarias de Trump. Situación que no cayó nada bien en Estados Unidos que, previo a la prórroga de 90 días, puso como prioridad las negociaciones con Japón para encontrar acuerdos sobre los aranceles.
Reyes destacó los avances que consiguió China al acordar el uso del renminbi, para los intercambios entre los países del ASEAN+China lo que “le da una enorme dimensión en la transformación económica que se está desarrollando en Asia” concluyó.
Cronología de la guerra arancelaria
- 2 de abril
EEUU anuncia aranceles “recíprocos”, a China le aumenta un 34% quedando con una tasa del 54%.
- 4 de abril
China responde con 34% de aranceles a EEUU.
- 9 de abril
EEUU impone un 50% extra de gravamen a China quedando en 104%
EEUU pausa aranceles por 90 días, menos a China a quien eleva la tarifa a 125%.
China responde con un 50% extra de aranceles, quedando en 84%.
- 10 de abril
Trump eleva a 145% los aranceles a China.
- 11 de abril
China responde e incrementa los aranceles al 125% a todos los productos de EEUU.
China anuncia que no continuará elevando aranceles.
