A un año del inicio de la guerra, el conflicto escala en Medio Oriente: ¿Subestima el mercado los riesgos?
Hay analistas internacionales que así lo creen, considerando que solo la interrupción de la producción petrolera de Irán, responsable del 4% del crudo mundial, podría disparar su valor por encima de los US$ 200 el barril.
Por: Francisca Guerrero | Publicado: Lunes 7 de octubre de 2024 a las 04:00 hrs.
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La semana pasada los hutíes de Yemen, apoyados por Irán, se atribuyeron un ataque en el Mar Rojo, otro escenario del conflicto en Medio Oriente. Fotos: Reuters
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“Un año después del ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 en el sur de Israel, Medio Oriente está al borde de una guerra total”, asegura el International Crisis Group, un think tank con sede en Bruselas que consigna en su más reciente informe los temores que resuenan alrededor del globo, pero que –hasta el minuto- no han generado una tormenta en los mercados.
A 12 meses de iniciado el conflicto, el despliegue militar israelí ha dejado en ruinas la Franja de Gaza, donde ya se cuentan más de 40 mil fallecidos. En la misma zona, Hamás retiene 97 rehenes, de los 251 que secuestró hace un año, mientras que un centenar fue liberado y otros 33 han muerto.
“Si nos fijamos en el aumento de los precios del petróleo y de los costos de transporte, la mayoría parece no tomarse lo suficientemente en serio los graves riesgos”, dijo el asesor de empresas energéticas y académico de la Universidad Johns Hopkins, Paul Sullivan.
“En Medio Oriente se ha abierto un nuevo y peligroso período en el que es probable que se produzca una escalada de hostilidades”, afirmó el académico emérito de la Harvard Kennedy School, Marvin Kalb.
12 meses también se cuentan en lo que respecta a un conflicto regional. Esto, porque el 8 de octubre de 2023 se produjo el primer intercambio de fuego entre los chiítas libaneses de Hezbolá e Israel. Días más tarde, el 19 de octubre, los insurgentes hutíes de Yemen lanzaron sus propios ataques contra los israelíes, para luego sumar blancos en el Mar Rojo.
Aunque Hamas, Hezbolá y los hutíes son respaldados por Irán, este tardó un poco más en sumarse directamente al conflicto, con el lanzamiento del primer centenar de misiles hacia Israel el 6 de abril de este año. Cabe mencionar, que en este período los israelitas también han intercambiado agresiones con Siria.
Tímidas reacciones
En la línea de tiempo de estos acontecimientos, es posible observar una reacción acotada por parte de los mercados, pese a que las tensiones tienen lugar en el epicentro del suministro planetario de petróleo.
El Medio Oriente aloja a cinco integrantes del top ten mundial de productores de crudo: Arabia Saudita, Irak, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y el propio Irán, que aporta diariamente 3,99 millones de barriles, lo que representa el 4% de la producción mundial, según datos a 2023 de la Energy Information Administration (EIA) de Estados Unidos (revisar infografía).
Para mover esta riqueza petrolera, la zona también alberga estratégicos oleoductos, puertos y rutas marítimas. Estas últimas, de momento, han sido las más expuestas al conflicto, particularmente el estrecho de Ormuz, por donde pasan alrededor de 20 millones de barriles de crudo al día, y el Canal de Suez, que mueve 7,2 millones y al cual se accede desde el Mar Rojo.
En ese marco, el 9 de octubre de 2023, el primer día hábil tras el ataque de Hamás, el WTI se apreció 4,34% hasta US$ 86,38 el barril y el Brent hizo lo propio, en 4,22% a US$ 88,15.
Ambos alcanzarían sus máximos dentro del último año a mediados de ese mes, llegando a US$ 89, 37 y US$ 92,38, respectivamente. Sin embargo, las referencias petroleras para EEUU y Europa reflejaron rápidamente la serenidad que se propagó entre los traders, cerrando el 2023 apenas por encima de los US$ 70.
Tras el primer ataque de Irán a Israel, que asentó los riesgos de que el conflicto avance hacia una guerra total, se repitieron los vaivenes en el mercado. De esta manera, a inicios de abril el WTI subió hasta US$ 86,91 y el Brent hasta US$ 91,17, pero la calma se impuso sin demora y -con algunos altibajos- el pasado 10 de septiembre tocaron sus mínimos de los últimos 12 meses, de US$ 65,75 y US$ 69,19.
Alta tensión
Tan solo unos pocos días después, el 17 de septiembre, Israel inició su ofensiva más decidida en el Líbano con la inédita explosión de los beepers utilizados por la militancia de Hezbolá, cuyo líder, Hassan Nasralla, sería asesinado jornadas más tarde a consecuencia de un ataque aéreo. Desde entonces, la beligerancia no ha hecho más que ascender.
Los hutíes de Yemen se adjudicaron esta semana un ataque en el Mar Rojo a un barco británico, que consideran aliado de Israel; este último también ha dirigido algunos ataques a Siria, pero se ha concentrado en el Líbano, con bombardeos a distintas ciudades, inluída Beirut, que han dejado miles de muertos y un despliegue terrestre por el sur de ese país de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), las que en enfrentamientos cuerpo a cuerpo con Hezbolá contabilizan seis bajas.
Pero el capítulo que más ruido ha generado de esta escalada fue el protagonizado por Irán, que -el mismo día del avance terrestre de las FDI en el Líbano- lanzó un nuevo centenar de misiles a Israel, incluyendo a Tel Aviv como blanco.
Aunque el ataque no resultó del todo efectivo, persiste una tensa espera por la represalia que garantizaron los israelítas.
“En Medio Oriente se ha abierto un nuevo y peligroso período en el que es probable que se produzca una escalada de hostilidades (…). Lo que haga ahora Israel y cómo responda Irán determinarán la posibilidad de una guerra aún más amplia en esa región”, comenta a Diario Financiero el experto en relaciones exteriores y académico emérito de la Harvard Kennedy School, Marvin Kalb.
De esta forma, las posibilidades de una distensión del conflicto que comenzó hace un año exacto hoy palidecen. “Los recientes logros de Israel (contra Hezbolá) han socavado las voces en la administración Biden, que han advertido sobre el riesgo de una escalada”, indica el reporte de International Crisis Group.
En efecto, la propuesta de paz entre israelitas y palestinos que puso sobre la mesa Joe Biden en la primera parte del año está en un punto muerto, y otros actores que podrían contribuir a mejorar el panorama, no están siendo oídos por los beligerantes.
“Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos podrían actuar más como pesos de equilibrio si la situación no fuera tan grave. Egipto también. Pero las potencias que impulsan la violencia abruman cualquier intento de moderar la situación”, sostiene el asesor de empresas energéticas, Paul Sullivan.
El también académico de la Universidad Johns Hopkins no descarta una guerra total, planteando que “en mis 32 años de trabajo en la región, no recuerdo una ocasión en la que los riesgos fueran tan altos”.
De hecho, el mismo Biden el pasado jueves no descartó que Israel respondiera a Irán con ataques a sus instalaciones petroleras. “Estamos discutiendo eso. Creo que sería un poco, de todos modos”, señaló a periodistas, consultado por esa posibilidad. Analistas estiman que, de concretarse una agresión de esa naturaleza, podría haber también interrupciones en el mencionado estrecho de Ormuz.
¿Y los mercados?
En este escenario plagado de riesgos, solo algunas jornadas han dado cuenta de las preocupaciones del mercado, con alzas en el petróleo que -de todas maneras- tienen a sus valores en niveles similares a los que se observaban antes del 7 de octubre de 2023. De hecho, desde entonces el WTI ha subido apenas 0,03%, mientras que el Brent incluso ha conseguido bajar en 4,93%, de manera que cerraron el viernes en US$ 74,76 y US$ 78,51, respectivamente.
“Hasta ahora, si nos fijamos en el aumento de los precios del petróleo y de los costos de transporte, la mayoría parece no tomarse lo suficientemente en serio los graves riesgos a los que nos enfrentamos”, afirma Sullivan.
El también miembro senior del Centro de Energía Global del Atlantic Council y ex académico de la Universidad Nacional de Defensa (EEUU), explica que “esto siempre ocurre en situaciones impactantes. La gente piensa de forma inercial y a veces tarda mucho en darse cuenta de que el mundo está cambiando”.
Otras voces se han alzado, advirtiendo que el mercado estaría subestimando los riesgos. “Si realmente se destruyeran las instalaciones petroleras de Irán (por las represalias de Israel) y se redujeran las exportaciones en 2 millones de barriles, la siguiente pregunta en el mercado sería qué ocurrirá ahora en el estrecho de Ormuz. Eso, por supuesto, añadiría una prima de riesgo significativa al petróleo (…) Si eliminas las instalaciones en Irán, fácilmente llegarías a US$ 200 o más”, indicó en entrevista con la cadena estadounidense CNBC, el analista jefe de materias primas del banco sueco SEB, Bjarne Schieldrop.
Estimaciones más mesuradas hizo Goldman Sachs, cuyo codirector de investigación de materias primas globales, Daan Struyven, planteóque “si viéramos una caída sostenida de 1 millón de barriles por día en la producción iraní, entonces veríamos un aumento máximo en los precios del petróleo el próximo año de alrededor de US$ 20 por barril”.
En la misma cadena de televisión la fundadora y directora de investigación de Energy Aspects, Amrita Sen, indicó que “desde el punto de vista del mercado petrolero, el mercado está muy complaciente en este momento”.
Lo que, desde su punto de vista, tiene que ver con que otros eventos geopolíticos, a la larga, no han afectado mayormente el suministro de crudo. Pese a ello, reconoce: “Esta vez podría ser diferente”.