Apple define principios y prácticas para su App Store
Cientos de empleados revisarán 100 mil aplicaciones por semana para garantizar que cumplan con sus “estrictas directrices sobre privacidad, diseño y modelos de negocio”.
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Apple ha respondido sobre la forma en que administra su tienda de aplicaciones, o App Store, mientras aumenta el escrutinio normativo del mercado de software y servicios del iPhone en ambos lados del Atlántico.
De cara a su conferencia anual de desarrolladores en Silicon Valley esta semana, Apple ha establecido sus “principios y prácticas” para la App Store, entre los que se incluyen cientos de empleados que revisarán 100 mil aplicaciones por semana para garantizar que cumplan con sus “estrictas directrices sobre privacidad, diseño y modelos de negocio”.
Las prácticas y directrices de Apple han recibido cada vez más críticas por parte de compañías como Spotify, la cual se ha quejado ante la Comisión Europea sobre lo que el servicio de transmisión de música describe como un comportamiento anticompetitivo.
Daniel Ek, director ejecutivo de Spotify, ha alegado que Apple “actúa como jugador y árbitro para perjudicar deliberadamente a otros desarrolladores de aplicaciones”, al cobrar una tarifa de hasta 30% en las compras y suscripciones de la App Store, y limitar el acceso de Spotify a las características del iPhone como su asistente de voz Siri y otros complementos.
En Estados Unidos, Apple se está preparando para enfrentar una demanda colectiva de consumidores que alegan que el “jardín amurallado” de la App Store es anticompetitivo. La Corte Suprema de EEUU dictaminó este mes que los consumidores de la aplicación podían demandar a Apple por la presunta sobrefacturación, lo cual se relaciona nuevamente con su comisión de 30%.
Apple mantiene que “no es un monopolio en forma alguna” y que la comisión cubre el procesamiento de pagos, las reseñas de aplicaciones y otros costos de distribución que realiza para los desarrolladores.
Aún así, el dictamen de la Corte Suprema se produce tras el aumento de las preocupaciones políticas en Washington sobre la posición dominante de las grandes compañías tecnológicas.
Conflicto de interés
Elizabeth Warren, senadora estadounidense y aspirante a la presidencia demócrata, ha alegado que a Apple no se le debería permitir operar la App Store a la vez que crea aplicaciones que compiten con los desarrolladores que dependen de ese mercado para la distribución a sus dispositivos.
La semana pasada, Apple no detalló ningún cambio de política en respuesta a sus detractores, pero señaló ejemplos en los que los desarrolladores independientes han lanzado exitosamente aplicaciones que compiten con las aplicaciones integradas en el iPhone, incluyendo cámaras, calendarios, mapas, almacenamiento en la nube y mensajes, así como servicios de música y otros medios.
La clave para las consecuencias legales de este debate será si los reguladores consideran que el iPhone y su App Store son un mercado autosuficiente, en el que Apple podría considerarse un monopolio; o si consideran su posición en el mercado más amplio de los teléfonos inteligentes, donde el iPhone es sólo un participante minoritario contra empresas como Google, Samsung y Huawei.
Mercado relevante
En un intento por definir el “mercado relevante” para evaluar la competencia, Apple sostuvo que los desarrolladores tienen “muchas opciones para distribuir sus aplicaciones”.
Aunque las tiendas de aplicaciones rivales como Google Play no eran accesibles para los propietarios de iPhone, Apple puntualizó que “el Internet abierto” era una manera en que los desarrolladores como Netflix pueden distribuir aplicaciones web fuera de su propio mercado.
Netflix es un notable ejemplo de cómo un desarrollador ha eliminado la capacidad de suscribirse a su servicio de transmisión de video desde el sistema de la App Store, con el objetivo de evitar pagar la comisión de Apple.
En otra parte de la misiva de 1.500 palabras publicada la semana pasada, Apple dijo que un 84% de las aplicaciones eran gratuitas, lo cual significa que sus desarrolladores “no le pagan nada” a la compañía por la distribución en su tienda.
Sin embargo, muchas aplicaciones gratuitas dependen de la publicidad dirigida para obtener ganancias, y algunas utilizan técnicas de recopilación de datos que han provocado preocupaciones entre los activistas defensores de la privacidad. Un reciente estudio realizado por el Washington Post reveló que, en una sola semana, más de 5 mil rastreadores ocultos dentro de las aplicaciones de iPhone enviaban información personal a una serie de vendedores, corredores de datos y firmas de investigación.