BCE se suma a la Fed al considerar bajar tasas de interés para enfrentar amenaza del proteccionismo
El rebrote de la guerra comercial, la dudas sobre el crecimiento económico y la desaceleración de la inflación han puesto mayor presión sobre los bancos centrales del mundo.
- T+
- T-
Las señales de desaceleración que las principales economías del mundo están enviando son claras y los bancos centrales parecen alineados en que llegó el momento de intervenir para impulsar el crecimiento y evitar una nueva crisis financiera mundial.
Ayer, el Banco Central Europeo (BCE) anunció que mantendrá en mínimos históricos las tasas de interés al menos por seis meses más de lo que había previsto en su última reunión, cuando estimó que reanudaría las alzas a fines de este año.
En un comunicado, el directorio dijo que espera que los tipos “permanezcan en los niveles actuales hasta el primer semestre de 2020, y en cualquier caso, por el tiempo que sea necesario”.
El presidente de la entidad, Mario Draghi, no descartó, de hecho, empezar a bajar los tipos y se sumó a otras entidades que han evaluado medidas de acción para reactivar el consumo y, con ello, la debilitada inflación.
Esta semana, la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos dejó la puerta abierta a un eventual recorte de tasas. El martes Australia redujo el costo del dinero a un mínimo récord de 1,25%, por primera vez en tres años, e India hizo lo propio ayer por tercera vez en el año hasta un 5,75%, su menor nivel desde 2010. En tanto, Moody’s pronostica que Sudáfrica seguirá la tendencia para respaldar su economía.
En medio de este escenario y de las advertencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial sobre el impacto económico de la guerra comercial, se reúnen este fin de semana los gobernadores de los bancos centrales y los ministros de Finanzas de las economías que conforman el G20 en Fukuoka, Japón.
Mayor alivio cuantitativo
Antes de abandonar su cargo este otoño (boreal), Draghi dijo que el BCE está listo para “utilizar todas las herramientas” que sean necesarias para reactivar la economía de la eurozona y combatir la creciente incertidumbre global sobre el comercio.
“El espacio de las políticas está ahí” para aplicar cualquier medida necesaria, si la desaceleración del sector manufacturero contagia a otras partes de la economía, dijo Draghi.
Según sus palabras, el banco empezó las discusiones sobre cómo abordar los temores expresados por los inversionistas de que la inflación y el crecimiento seguirán siendo débiles y pesarán en la zona euro.
Citando la “persistencia prolongada de incertidumbres” y la “creciente amenaza del proteccionismo”, Draghi mencionó una nueva expansión del programa de alivio cuantitativo por 2.600 millones de euros (US$ 2.935 millones) y posibles recortes de tasas, pero insistió en que los esfuerzos de la entidad deberían ser acompañados por un aumento del gasto público.
Latinoamérica en la línea
En América Latina, el panorama es similar. Tal y como planteó recientemente Capital Economics en un informe, “la inflación cayó en la región a principios de este año y es probable que se mantenga relativamente suave en los próximos meses (…) En respuesta, habiendo insinuado alzas en las tasas de interés, la mayoría de los bancos centrales se han vuelto más moderados y parecen aplazar el ajuste”.
En Chile, por ejemplo, el banco central decidió en su última sesión mantener el tipo rector en 3%, pero adelantó que estimaba válido considerar la opción de empezar a reducirlo. A ello se sumó el propio ministro de Hacienda, Felipe Larraín, quien dijo el viernes que “hay mérito” para considerar una baja de tasas.
Al respecto, Capital Economics escribió que “existe un riesgo cada vez mayor de que las alzas de tasas que esperamos para 2020, se produzcan más tarde”.
En la misma senda estaría México que recortaría el costo del dinero en el tercer trimestre, según estimó la consultora antes de que se reactivara el conflicto arancelario con EEUU.
FMI en sintonía
Precisamente ayer, el FMI estimó que EEUU también debería aplazar el aumento de tasas hasta que haya evidencias de mayor inflación en precios y salarios. “La incertidumbre global también invita a la pausa. Eso permitirá a la Fed evaluar los riesgos y, al mismo tiempo, dar un impulso a la inflación, que actualmente está en 1,6%”, escribió en el examen anual de la primera economía mundial.
Además advirtió, como hizo en el informe global, que los riesgos a la estabilidad crecen a medio plazo, citó el incremento de la deuda corporativa y dijo que un cambio abrupto en las condiciones financieras puede crear un lastre al crecimiento, la inversión y el empleo.