Las cuatro entidades que representan
a los productores rurales de Argentina aceptaron hoy una propuesta
del Gobierno para dialogar, pero al mismo tiempo anunciaron una
nueva huelga comercial, la primera de este año tras las protestas de
2008.
Los dirigentes agropecuarios resolvieron acudir el próximo martes
a la reunión convocada hoy por la ministra de Producción argentina,
Débora Giorgi, tras la polémica por los contactos entre una de las
patronales rurales y el Ejecutivo.
No obstante, decidieron convocar a una huelga comercial desde el
mediodía de este viernes hasta el mediodía del próximo martes,
cuando asistirán a la cita con Giorgi.
La huelga consistirá en la no comercialización de carnes, ganado
en pie y granos, excluyendo la leche y otros productos perecederos.
"Hemos sido chicaneados, dejados de lado y en alguna forma
agredidos, y creemos representar fielmente a los hombres de campo
con esta medida", dijo en una rueda de prensa el titular de las
Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Mario Llambias.
Anunció que acudirán a la cita del martes "sin condicionamientos"
y para "hablar de todos los temas", incluso los impuestos a las
exportaciones de granos, tema que detonó el conflicto con el
Gobierno en marzo de 2008.
Giorgi señaló que la convocatoria a la CRA, Coninagro, la
Federación Agraria Argentina (FAA) y la Sociedad Rural Argentina
(SRA) se realiza en una coyuntura de crisis global, que enfrenta al
país a un desafío que "exige del esfuerzo de todos los argentinos" y
que es "la preservación del trabajo y del ingreso".
La convocatoria llega en un contexto de malestar entre los
dirigentes agrarios agravado por los contactos reservados mantenidos
durante enero pasado entre el ministro de Planificación, Julio de
Vido, y el titular de una de las cuatro patronales, Hugo Biolcati,
presidente de la SRA, que reúne a grandes productores.
Biolcati negó primero esos contactos, pero luego los admitió y
reconoció que sus colegas de las entidades rurales no estaban al
tanto de ellos porque eran "confidenciales" por pedido del Gobierno.
Además, afirmó que resultaron infructuosos porque el Ejecutivo se
negó a discutir una bajada a los impuestos a las exportaciones de
granos, eje del conflicto que estalló hace casi un año.
En una rueda de prensa, Biolcati dijo que el Gobierno "no tiene
códigos" y que, si su intención era quebrar la unidad de las
patronales, no lo logró.
Las cuatro organizaciones habían advertido ayer en un comunicado
conjunto que eran "preocupantes" las "dilaciones inexplicables" del
Ejecutivo para convocar al diálogo.
Los dirigentes de las patronales agrarias, que reúnen a unos
290.000 productores, aseguran que la situación del campo es
"crítica", no sólo por la alta carga tributaria, sino por las
bajadas en los precios internacionales de los granos, el alza de los
costos de producción y la severa sequía que azota a Argentina.
El conflicto entre el Gobierno de Cristina Fernández y el sector
agropecuario estalló en marzo de 2008, cuando el Ejecutivo subió los
impuestos a las exportaciones de granos.
La medida fue rechazada por el campo con cinco huelgas
comerciales y bloqueos de carreteras en todo el país, que derivaron
en desabastecimiento de alimentos e insumos para la industria en las
principales ciudades.
El Senado anuló el controvertido esquema impositivo en julio del
año pasado, con el voto de desempate del vicepresidente del país,
Julio Cobos, aliado al peronista Frente para la Victoria de Cristina
Fernández, lo que supuso un duro golpe para la mandataria y la
primera crisis de su gabinete.
Argentina es el primer exportador mundial de girasol, el segundo
de maíz, el tercero de soja y el cuarto de trigo, y ocupa también
puestos de relevancia en el comercio global de derivados (aceites y
harinas) de estos granos.