China aceptará una tasa de crecimiento menor en los próximos cinco años, pero no mucho menor, afirmó el presidente Xi Jinping ante las autoridades del país en el pleno del Partido Comunista que se realizó la semana pasada.
El crecimiento no puede ser inferior a 6,5% en los próximos cinco años para cumplir la meta de duplicar el Producto Interno Bruto y el ingreso per cápita entre 2010 y 2020, dijo el mandatario, de acuerdo con declaraciones publicadas ayer por la agencia oficial Xinhua.
La economía creció 6,9% en el tercer trimestre frente al mismo período del año anterior. El Plan Quinquenal númro trece a 2020, es el primero que se enfrenta a un crecimiento económico inferior a 7% desde que Deng Xiaoping inició la apertura económica del país a fines de los ’70.
Pese a que la meta de crecimiento actual es “cercana a 7%”, las autoridades se están preparando para una expansión que podría ser aún menor. “China puede mantener un crecimiento cercano a 7% en los próximos cinco años, pero hay incertidumbres, incluyendo un comercio global débil y una deuda doméstica alta”, aseguró Xi.
“Mirando la necesidad de duplicar el PIB, el piso para el crecimiento promedio anual entre 2016 y 2020 es más de 6,5%”, expresó. Además del comercio global y la deuda, el presidente identificó como un riesgo una desaceleración del crecimiento del consumo y la inversión.
El proyecto más ambicioso de Xi es cambiar el modelo de crecimiento de China, desde una economía impulsada por la deuda y el comercio exterior a una nación cuyo motor sea el consumo interno y el sector de servicios. Esa estrategia ya mostró resultados, ya que el crecimiento de los tres meses a septiembre fue impulsado por el sector de servicios financieros.
En este sentido, el mandatario aseguró que el desarrollo en los próximos cinco años no debería enfocarse sólo en la tasa de crecimiento, sino también en la calidad, aun cuando la meta es mantener una velocidad de expansión “mediana a alta” durante el período.
Alto crecimiento
“Las autoridades aún quieren mantener un alto ritmo de crecimiento, mientras que la expectativa de política se afina un poco más hacia abajo”, dijo Tao Dong, economista regional jefe para Asia de Credit Suisse Group, a Bloomberg. “La posición de las autoridades es transformar gradualmente hacia una ‘nueva normalidad’. Pero para mantener la confianza de las personas, la vara está relativamente alta”.
Las declaraciones de Xi están en línea con lo expresado por el primer ministro Li Keqiang, quien dijo el domingo en un discurso que China necesita un crecimiento promedio de más de 6,5% en los próximos cinco años para cumplir la meta de alcanzar una sociedad “moderadamente próspera” para 2020.
Xi y Li están intentando combinar la necesidad de reformar la economía con mantener una alta de crecimiento en el corto plazo para que los cambios estructurales no provoquen un aterrizaje forzoso.
Las cifras de China están siendo crecientemente cuestionadas, ya que los analistas afirman que son manipuladas para evitar que reflejen la desaceleración de la economía. Algunos apuntan incluso a una diferencia de hasta dos puntos porcentuales respecto de la estimación oficial.
Economistas privados esperaban que los líderes sinceraran más las cifras y asumieran una meta de crecimiento de 6,5% o menos. De todos modos, la meta de crecimiento formal sería divulgada una vez que el plan quinquenal sea ratificado en una reunión del partido en marzo.
Convertibilidad del yuan
Otra de las metas de las autoridades será aumentar la convertibilidad del yuan de manera ordenada hacia 2020 y cambiar la forma en que se maneja la política cambiaria, según el plan del Partido Comunista.
Las autoridades optarán por un sistema cambiario de “lista negativa” –un enfoque que permite que las empresas hagan cualquier cosa que no esté prohibido específicamente- y abrirán la industria financiera a medida que promueven la inclusión del yuan en la canasta de derechos especiales de giro del Fondo Monetario Internacional, reportó Xinhua.
El gobierno se comprometió a reducir la brecha de ingresos, abrir la economía aún más a la inversión de las empresas extranjeras y a impulsar el gasto de consumo, mostró el borrador.
Las autoridades afirmaron también que acelerarán la reforma del sistema financiero y promoverán mercados de capitales transparentes y saludables, al tiempo que ajustan las ventas de acciones y bonos. Continuarán las reformas de los sistemas fiscales y tributarios y transferirán capital estatal hacia los fondos de pensiones.
Otra de las metas es sacar a 70 millones de chinos de la pobreza para 2020, para lo cual se necesita un mayor apoyo fiscal.