Para el año 2030, la firma espera una adopción global superior a 30% y casi el 100% de emisores latinoamericanos habilitados.
Recientemente, Mastercard anunció un cambio radical en su sistema: eliminará los tradicionales números de 16 dígitos de sus tarjetas de crédito y débito.
Esto, con el objetivo de reforzar la seguridad de los usuarios y combatir el fraude financiero.
Consultado por DF, el director de aceptación digital para Mastercard en Latinoamérica Sur y Caribe, Gregorio Trimarco, señaló que para el año 2030 “ya estarán eliminando la introducción manual de los números de tarjeta, contraseñas y códigos de un solo uso, reemplazándolos con biometría y tokenización, que ya es una realidad en Chile, con una adopción global superior al 30% y casi el 100% de emisores latinoamericanos habilitados”.
La empresa enfatizó que hará el proceso de pago en línea más fluido y seguro.
Tendencia global
Para el gerente regional de medios de pagos de Vigatec y experto en esta materia, Juan Andrés Bravo, este cambio se trata de una tendencia global. “Ya hemos visto iniciativas similares, por ejemplo, VISA con la Aqua de BBVA en Colombia y la Tarjeta Eco de Banco Santander en Chile, que eliminan datos impresos para reforzar la seguridad”, sostuvo.
A su juicio, la medida anunciada por Mastercard “forma parte de una evolución exitosa y necesaria en la protección de las transacciones”.
No obstante, advirtió que esta transformación requerirá la actualización progresiva de infraestructuras, de los terminales POS y en las plataformas de comercio electrónico.
Una mirada similar entregó el abogado y socio de Aninat, Cristián Reyes, quien advirtió que el desafío será que los comercios se adapten al nuevo esquema.
“Significará también una importante migración para los demás partícipes del mercado, incluyendo emisores, operadores y procesadores de pago, tanto en sus sistemas como en sus equipos”, afirmó.
Añadió que se deberá analizar “si la regulación vigente deberá ser adaptada también a dicha decisión de las marcas y cómo serán asumidos los costos”.
Mayor seguridad
En tanto, Bravo advirtió que los gastos en fraudes en transacciones electrónicas han superado los $ 250.000 millones, “lo que evidencia la urgencia de medidas de seguridad más robustas”.
Para Reyes, el uso de tokens reemplazará el acceso a la información sensible de la tarjeta por un código único que no tendrá valor fuera del sistema que lo emita, “lo que impedirá que pueda ser utilizado en fraudes por ciberdelincuentes”.
Bravo agregó que, entre los riesgos que se reducirían con esta medida, los más relevantes son: el fraude con tarjetas no presentes, la clonación, y la filtración de datos.