El PIB de Estados Unidos se expandió a una tasa de 2,1% en el tercer trimestre, informó ayer el Departamento de Comercio, por sobre el 1,5% que había sido informado en la primera estimación el mes pasado.
La corrección al alza refleja que el impacto negativo de la acumulación de inventarios por parte de las empresas fue menor de lo previsto. El dato de las existencias restó seis décimas porcentuales a la cifra de crecimiento, menos de la mitad que las catorce décimas calculadas en el primer informe.
Sin embargo, las existencias en bodega todavía se mantienen altas comparadas con las ventas, una señal de que los nuevos pedidos y la producción seguirán bajos entrando hacia 2016.
"Los niveles de inventarios tienen que seguir cayendo, y eso va a poner presión en el cuarto trimestre", comentó Russell Price, economista senior de Ameriprise Financial.
El reporte confirmó también la caída en los resultados de las compañías. Las ganancias antes de impuestos retrocedieron 1,1%, reflejando un declive de US$ 30 mil millones en las utilidades de las operaciones en el extranjero provocado, en parte, por la apreciación del dólar. La baja fue la más pronunciada desde el peak de la crisis financiera, a fines de 2008. Y en términos anualizados, los beneficios se hundieron 4,7%, su peor caída desde el segundo trimestre de 2009.
Consumidores firmes
En tanto, el consumo de los hogares, que representa 70% del PIB, fue revisado ligeramente a la baja, desde 3,2% a 3,0%, aunque sigue siendo un motor del crecimiento, con los bajos precios de la gasolina dejando mayor margen a las familias para gastar. "A los consumidores todavía les está yendo bastante bien", dijo Price.
Los salarios y remuneraciones aumentaron en US$ 102.700 millones en el tercer trimestre, lo que se suma a un avance de US$ 109.400 millones en el período anterior.
Los ingresos personales totales después de impuestos aumentaron 3,8% entre julio y septiembre, su mayor incremento anual desde fines de 2012. Eso, sumado a la mayor tasa de ahorro, sugiere que los consumidores contarán con suficiente liquidez para gastar en la temporada de festividades, a fines de año.
Por otra parte, el índice S&P/Case-Shiller que mide los precios en 20 grandes ciudades del país avanzó 5,5% en septiembre, más de lo esperado y su mayor salto desde agosto de 2014. El aumento en los precios no sólo es una señal de recuperación del mercado inmobiliario, sino que también contribuye al consumo ya que al apreciarse las viviendas aumenta el efecto riqueza de los hogares y reduce el peso de la hipoteca respecto del valor del inmueble, liberando recursos para gastar.
Aún así, persisten señales de cautela. El índice de confianza de los consumidores que elabora Conference Board, cayó este mes a 90,4 unidades, su menor nivel desde septiembre de 2014, informó ayer el reconocido centro de estudios privado basado en Nueva York.
El dato estuvo lejos de las 99,5 unidades que en promedio estaban proyectando los analistas encuestados por Bloomberg.
Probabilidades de alza
Las señales económicas están siendo seguidas de cerca por la Reserva Federal, que se estaría preparando para anunciar la primera alza de tasas desde mediados de 2006. Los inversionstas en el mercado estarían asignando una probabilidad de 74% al escenario de un incremento de los tipos en el encuentro del 16 de diciembre.
