El primer ministro británico, David Cameron, logró la semana pasada cuatro victorias para Reino Unido en su relación con la Unión Europea. El referéndum para que el pueblo británico decida sobre la permanencia en el grupo se celebrará el 23 de junio y el premier ha empezado ya su campaña en favor de mantener la membresía en esta “Unión Europea reformada”.
Pero el buen sabor del éxito ha durado escasas horas: la libra tocó mínimos de siete años en la cotización de ayer después de que el alcalde de Londres, Boris Johnson, afirmara que apoyará la salida mientras que Moody’s y Goldman Sachs advirtieron que dejar la UE tendría consecuencias negativas para el rating y debilitamiento de la economía.
Comienza la campaña
Tras conocerse el detalle del acuerdo con la UE, Boris Johnson, uno de los políticos más populares de Reino Unido, anunció que apoyaba dejar el bloque, asestando un golpe a Cameron, que se comprometió a hacer campaña por la permanencia tras lograr un acuerdo para reformar las relaciones de su país con el bloque europeo. El anuncio del alcalde, considerado como un impulso a las posibilidades de una salida británica de la UE, empujó a la libra a su mayor caída frente al dólar en casi seis años, y hundió también el precio de los bonos británicos.
Johnson, el alcalde de Londres desde 2008, defendió su decisión de ir en contra de su aliado ocasional argumentando que quienes piensan que Reino Unido no se puede mantener si la UE “están profundamente equivocados”.
Su postura contra Cameron fue bienvenida por los líderes de la campaña que apoyan el ‘Brexit’, que avanza complicada por las divisiones internas y la ausencia de un rostro de peso político a nivel nacional que difunda el mensaje de que Reino Unido necesita recuperar su soberanía. Para los analistas de Citi, las nuevas declaraciones elevan la probabilidad de la ruptura de “20% a 30%” a un rango de “30% a 40%”.
Defensa ante el parlamento
El premier británico, por su parte, se dirigió al parlamento ayer para defender el acuerdo y subrayar que tendría un grave impacto en la comunidad internacional. “No es momento de dividir occidente”, alertó.
Apoyado por el reporte de Moody’s, que advierte que “los costos de abandonar la UE serían mayores a los beneficios”, argumentó que Reino Unido tardaría al menos siete años en lograr un pacto de libre comercio con la UE, período en que las empresas y las firmas financieras británicas se verían discriminadas en su acceso al continente. El premier destacó además que no habrá un segundo referendo. “Ignorar el deseo de abandonar la UE no sólo estaría mal, sería antidemocrático”, respondió Cameron para acallar las insinuaciones que dicen que buscaría un ‘No’ inicial para mejorar las condiciones de la membresía de nuevo.