La última apuesta de Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo, por revivir a la economía de la zona euro e impulsar los precios provocó una ola vendedora en los mercados, que apostaban por un estímulo mayor. Su anuncio de un recorte a la tasa de depósitos y una ampliación del programa de compra de activos no impresionó a los inversionistas y las bolsas cayeron en torno a un 3%.
El BCE extenderá el alivio cuantitativo (QE, su sigla en inglés) por seis meses hasta marzo de 2017, “o más allá”, a la tasa actual de 60 mil millones de euros mensuales, y ampliará los activos que compra para incluir deuda local y regional, anunció Draghi en conferencia de prensa en Frankfurt. Más temprano, el consejo gobernador del banco había recortado la tasa de depósito en 10 puntos base a un mínimo récord de -0,3%.
Draghi dijo que el BCE está “dispuesto y preparado” para actuar nuevamente si fuera necesario. El QE se extenderá para sumar al menos 1,5 billón (millón de millones) de euros, desde un monto original de 1,1 billón de euros.
“Las decisiones de hoy fueron tomadas para asegurar un retorno a tasas de inflación que estén por debajo o cerca de 2% y por lo tanto anclar expectativas de inflación de mediano plazo”, aseguró Draghi. “Estamos haciendo más porque funciona”.
Ola vendedora
Pero estas medidas no lograron impresionar a los inversionistas, que las consideraban el punto de entrada mínimo después de que el BCE hubiera alentado por semanas las expectativas de un mayor estímulo. Las acciones europeas registraron su mayor caída desde agosto, mientras que el euro subió a un máximo de un mes frente al dólar.
El índice Stoxx Europe 600 perdió 3,1% ayer. Los inversionistas tenían expectativas altas. El índice había subido 13% desde su mínimo en septiembre hasta el miércoles. El lunes, había cerrado en un máximo en tres meses.
“Hicieron algo, pero no lo suficiente. El mercado le creyó mucho a Draghi y no le prestó mucha atención a que la recuperación económica había estado mejorando”, expuso Jasper Lawler, analista de CMC Markets, a Bloomberg.
El DAX alemán y el CAC francés bajaron 3,6%, el MIB italiano perdió 2,5% y el Ibex español declinó 2,4%.
“El BCE entregó en el nivel mínimo de las expectativas”, dijo Andrew Balls, jefe de renta fija de Pimco, a Financial Times. “No hubo mucho para entusiasmarse, los mercados esperaban un aumento del tamaño de las compras mensuales”.
El presidente del BCE defendió el paquete de medidas, diciendo que “reforzarán el impulso de la recuperación de la zona euro y fortalecerán su resiliencia contra los shocks globales”.
Posición de Draghi
Pese a que el apoyo al paquete no fue unánime, Draghi dijo que “una gran mayoría” estaba a favor de las medidas.
“La no unanimidad de la decisión es importante, y la decepción del mercado es importante para el futuro”, dijo Toby Nangle, de Columbia Threadneedle, a Reuters. “Limita la capacidad de Draghi de guiar a los mercados, los que naturalmente se volverán más desconfiados de su poder ante el consejo de gobierno”.
Draghi había señalado que ampliaría el estímulo hace seis semanas y reiteró su compromiso en un discurso el 20 de noviembre, cuando declaró que las autoridades monetarias “harían lo que fuera necesario para elevar la inflación tan rápido como fuera posible”, usando todos los instrumentos dentro de su mandato.
El banquero central dijo que el BCE decidió revisar a la baja “ligeramente” su panorama de inflación. El pronóstico para 2016 fue recortado a 1%, desde 1,1%, y para 2017 a 1,6%, desde 1,7%. La estimación de crecimiento para 2016 se mantuvo en 1,7% y para 2017 fue revisado al alza a 1,9%, desde 1,8%.
La recuperación en la zona euro no ha sido lo suficientemente rápida como para que la inflación retorne hacia la meta de bajo pero cerca de 2%. La tasa se mantuvo en 0,1% en noviembre, y la inflación central, que excluye energía y alimentos, bajó a 0,9%, desde 1,1%.
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