FT: La COP28 es mejor de lo que se temía, pero menos de lo necesario
El llamado a abandonar los combustibles fósiles carece de plazos para su eliminación progresiva.
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En la madrugada de este miércoles los países participantes de la cumbre climática COP28 llegaron a un acuerdo catalogado como “histórico” para abandonar definitivamente el uso de combustibles fósiles y así poder alcanzar la meta de emisiones netas 0 para el 2050.
De todas formas hay dudas ante la falta de los plazos concretos sobre la transición hacia una matriz que no considera fuentes de energía como el petróleo. Tras el acuerdo el Consejo Editorial del Financial Times elaboró un texto:
"El resultado está muy lejos de ser perfecto. Es mejor de lo que se temía, pero menos de lo necesario. Se inclina demasiado ante las fuerzas de la diplomacia internacional y demasiado poco ante las realidades inamovibles de la ciencia. Sin embargo, la conferencia sobre el clima COP28 de Dubai ha transmitido un mensaje histórico e inequívoco: el sistema energético mundial debe abandonar el uso del carbón, el petróleo y el gas.
Tras dos semanas de reunión en las que se ha puesto de manifiesto, como pocas veces, el choque fundamental entre la necesidad de actuar contra el cambio climático y la dependencia económica de los combustibles fósiles. El acuerdo final insta a los países a abandonar el uso de combustibles fósiles como fuente de energía con el fin de alcanzar las emisiones netas cero en 2050. Tras casi 30 años de COP de la ONU sobre el clima, es la primera vez que se especifica la necesidad de tal disminución en el uso de todos los combustibles fósiles, con certeza el mayor contribuyente al calentamiento global.
La reunión de casi todos los países del mundo también acordó que este cambio debería acelerarse "en esta década crítica", "de acuerdo con la ciencia". Y reconoció que para limitar el calentamiento global a 1,5C era necesario que las emisiones disminuyeran casi a la mitad para 2030.
Sin embargo, este mensaje habría sido mucho más nítido si el acuerdo final hubiera fijado plazos firmes para que el uso de combustibles fósiles alcanzará su punto máximo y se redujera en esta década. Muchos países habían buscado ese resultado en Dubai, sobre todo los más vulnerables al cambio climático. Lo que está en juego es especialmente importante, ya que Estados Unidos pronto podría volver a ser dirigido por un presidente que hace tan solo unos años retiró al país del acuerdo climático de París de 2015.
Como parte del acuerdo de París, la COP28 tenía que llegar a un acuerdo que guiará los planes futuros de los países para cumplir el objetivo de limitar el calentamiento a 1,5C. Esta orientación es ahora más tenue de lo que muchos países hubieran deseado. Pero como John Kerry, el enviado de EE.UU. para el clima, dijo en la conferencia el miércoles: "Sabemos que se trata de un compromiso entre muchas partes". Este tipo de compromisos han prevalecido durante mucho tiempo en las reuniones sobre el clima patrocinadas por la ONU, donde las decisiones se toman por consenso. El llamado para que las futuras COP tomen decisiones por mayoría de votos se verán reforzados por esta reunión.
La dinámica de esta cumbre se vio sacudida por la filtración de una carta del jefe de la Organización de Países Exportadores de Petróleos (OPEP) a las naciones productoras de petróleo en la que se les instaba abiertamente a "rechazar cualquier prueba o fórmula que tenga como objetivo la energía, es decir, los combustibles fósiles, en lugar de las emisiones". Al final, el cártel petrolero no se salió con la suya, aunque tampoco lo hicieron las naciones que buscaban un acuerdo más sólido.
La intervención de la OPEP subraya una realidad de las COP sobre el clima que a menudo se pasa por alto. A menudo, estas reuniones se tachan de palabrería y no pueden cambiar nada instantáneamente sobre el terreno. Pero normalizan ideas y medidas que antes se consideraban demasiado radicales para ser acordadas a nivel mundial, como la necesidad de abandonar los combustibles fósiles, algo que Opec comprende perfectamente.
En contra de unas expectativas algo pesimistas, Emiratos Árabes Unidos, país anfitrión de la COP, y su presidente, Sultán al-Jaber, que dirige la empresa nacional Adnoc, presidieron una conferencia en la que se adoptaron algunas medidas importantes, incluso más allá del llamado principal sobre los combustibles fósiles. En una medida poco habitual, las compañías petroleras nacionales acordaron reducir sus emisiones, aunque no sus niveles de producción. Los países acordaron triplicar la capacidad de las energías renovables y duplicar las tasas mundiales de eficiencia energética para 2030.
Se ha aprobado un fondo para pérdidas y daños causados por el cambio climático, largamente buscado, al comprometerse los países ricos a aportar más de US$ 400 millones el primer día, lo que ha permitido ponerlo en marcha. También es positivo el compromiso de los Emiratos Árabes Unidos de aportar US$ 30.000 millones a otro fondo de financiación para el clima que pretende movilizar US$ 250.000 millones en inversiones verdes para 2030, al igual que los miles de millones de dólares prometidos por los sectores público y privado. Pero la transición energética mundial requiere que esos miles de millones se conviertan en billones, por lo que también es positivo que los bancos multilaterales de desarrollo ofrezcan nuevos planes para aumentar la financiación de la lucha contra el cambio climático.
En última instancia, los gobiernos, los bancos, los inversores y las empresas decidirán si se alcanzan todos estos objetivos. La COP28 perdió la oportunidad de ofrecer señales más firmes sobre la velocidad y la escala de la acción climática mundial. Pero aun así supone un paso adelante, en lugar del retroceso que muchos temían".