La
petrolera BP y sus contratistas Halliburton y Transocean hicieron gala
de una "cultura de autocomplacencia" en su gestión del pozo que provocó
el vertido de crudo en el Golfo de México, aseguró hoy una comisión
presidencial.
La comisión designada por el mandatario Barack
Obama para investigar las causas del mayor desastre medioambiental de la
historia de Estados Unidos subrayó, en su segunda jornada de audiencias
en Washington, las deficiencias que mostraron las empresas implicadas
en el vertido.
"BP, Halliburton y Transocean son compañías muy
respetadas que operan en todo el Golfo, pero es evidente que necesitan
una reforma de los pies a la cabeza", indicó el copresidente de la
comisión, Bill Reilly.
Según Reilly, la "autocomplacencia" de
la multinacional británica, contagiada a su contratista Halliburton y a
la compañía dueña del pozo, Transocean, fue una de las múltiples causas
que se sumaron para provocar la catástrofe.
El ex director de
la Agencia de Protección Medioambiental de EE.UU. (EPA, por su sigla en
inglés) revisó las conclusiones alcanzadas el lunes por la comisión,
cuyo principal investigador, Fred Bartlit, aseguró que no había
encontrado pruebas de que las deficiencias en el pozo se debieran a
intentos de la petrolera de ahorrar costes.
Sin embargo,
matizó hoy Reilly, el hecho de que los trabajadores de la plataforma
cumplieran con su trabajo no significa que las compañías implicadas
"pusieran el énfasis necesario en la seguridad".
El ex senador
de Florida Bob Graham, que copreside la comisión de siete miembros,
consideró que en la gestión de la plataforma había "una cultura que no
promovía la seguridad", en la que los líderes "no se tomaban lo
suficientemente en serio los riesgos" y "no identificaron peligros que
acabaron siendo fatales".
No obstante, Reilly y Graham no
profundizaron en las alegaciones, descartadas ayer por la comisión, de
que las tres compañías tomaron "atajos" para acelerar la construcción
del pozo, que costaba 1,5 millones de dólares al día.
El
accidente en la plataforma de BP causó la muerte de 11 trabajadores y
desencadenó el vertido de casi 5 millones de barriles de petróleo en las
aguas del Golfo de México entre el 20 de abril y el 15 de julio.
La comisión finalizará hoy las audiencias en las que ha presentado
las conclusiones preliminares de su investigación, que espera cerrar a
mediados de enero con un informe que impulsará nuevas regulaciones en la
industria.