El Gobierno del presidente Barack
Obama, que anunció un plan de US$ 75.000 millones para
atender las penurias del sector inmobiliario, urgió hoy a los bancos
a que hagan su parte y faciliten la refinanciación de hipotecas.
El secretario de Vivienda, Shaun Donovan, entrevistado en el
programa Today de la cadena NBC de televisión, afirmó que "los
bancos y las instituciones de préstamos tienen que ponerse a la
altura de las circunstancias" para sustentar la iniciativa
gubernamental.
Por su parte Sheila Bair, presidenta de la Corporación Federal de
Seguro de Depósitos, dijo que "habrá algunos prestatarios que
perderán sus casas, y en parte esto es inevitable, pero el plan
debería causar una reducción significativa en la tasa de
ejecuciones".
"Los bancos deben hacer su parte para que esa tasa retorne a los
niveles históricos", añadió la funcionaria.
Además de una nueva facilidad financiera para millones de
compradores de casas que están al borde de la ejecución hipotecaria,
el presidente Obama anunció otros US$ 200.000 millones en
ayuda para las firmas hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac.
Ambas, creadas como entidades paraestatales después de la Gran
Depresión para resucitar el mercado inmobiliario, se habían hecho
autónomas en décadas recientes y el año pasado el Gobierno las
intervino para hacerse cargo de sus compromisos.
Todos estos recursos apuntan a que los bancos y entidades de
préstamo faciliten la refinanciación de hipotecas para millones de
propiedades cuyo precio en el mercado ha caído por debajo del valor
de la obligación.
Donovan dijo que el plan contiene suficientes requisitos como
para promover una robusta refinanciación por parte de los bancos y
eso "puede cambiar toda la situación para millones de compradores de
casas".
Bair no indicó sus expectativas acerca de la estabilización de
los precios, pero dijo que espera que en marzo la modificación de
préstamos empiece a aminorar las caídas que siguen ocurriendo.