La policía federal estadounidense
investiga al multimillonario tejano Robert Allen Stanford por
posibles operaciones de lavado de dinero para el cártel del Golfo de
México, según informó hoy la cadena de televisión ABC.
De acuerdo a esa fuente, la policía mexicana tiene en su poder
uno de los aviones de Stanford, en el que encontró cheques
aparentemente vinculados con ese cártel.
Todos los negocios de Stanford están congelados por orden
judicial, después de que la Comisión del Mercado de Valores (SEC,
por su sigla en inglés) de Estados Unidos lo acusara de dirigir un
entramado de inversión fraudulento por el cual captó US$ 8.000 millones con la promesa de alta rentabilidad.
Según la cadena ABC, que citó fuentes gubernamentales anónimas,
la SEC tenía preparado el caso contra Stanford hace algún tiempo,
pero no tomó medidas a petición de la policía federal (FBI), que
llevaba a cabo una operación encubierta para descubrir sus posibles
vínculos con el narcotráfico.
No obstante, esta semana el multimillonario texano movió grandes
cantidades de dinero de sus cuentas, lo que precipitó la acción de
la SEC, según la cadena televisiva.
De acuerdo con otros medios estadounidenses, Stanford ordenó la
retirada de más de US$ 170 millones.
Dos ex empleados del acusado presentaron una demanda en la que
revelan el fraude financiero llevado a cabo por Stanford, informó
también ABC.
Agentes de la policía federal tomaron sus oficinas en Houston
(Texas) el pasado martes, al tiempo que presentaba los cargos contra
él ante el juez Reed O'Connor. Pero Stanford se encuentra en
paradero desconocido.
Mientras, los clientes de sus entidades financieras en América
Latina hacen cola para sacar su dinero.
El escándalo ha alcanzado también al Congreso de Estados Unidos,
pues Stanford dio US$ 8 millones en donaciones electorales
a políticos, que ahora se apresuran a devolverlos o donarlos a
instituciones de caridad, según ABC.
Entre los beneficiados están John McCain, el candidato
republicano a la presidencia el año pasado, y los senadores
demócratas Christopher Dodd y Charles Schumer.