París vive un "viernes negro" por la huelga contra la reforma de pensiones de Macron
Hacía una década que en la capital francesa no se vivía una parecida parálisis en su sistema público de transportes, lo que augura un otoño difícil para el gobierno.
- T+
- T-
Líneas de metro cerradas, supresión de trenes de cercanías, reducción del número de autobuses... París vivió hoy un "viernes negro" en los transportes urbanos por la huelga del personal contra la reforma de pensiones del Gobierno de Emmanuel Macron.
Hacía una década que en la capital francesa no se vivía una parecida parálisis en su sistema público de transportes, lo que augura un otoño difícil para un Ejecutivo que cuenta con aprobar su ambiciosa reforma del sistema de jubilación antes del próximo verano.
A primera hora de la mañana, los problemas en los transportes públicos tuvieron una consecuencia en las autopistas, con más de 300 kilómetros de atascos en torno a la capital francesa.
La situación se calmó a medida que avanzó la mañana, superada la hora punta, cuando la necesidad de los transportes públicos fue menos perentoria.
Diez de las 16 líneas de metro permanecieron totalmente paralizadas, cuatro funcionaron solo de forma parcial y el tráfico del suburbano solo fue normal en las dos líneas que están totalmente automatizadas.
En los trenes de cercanías, las dos principales líneas -RER A y RER B, esta última el principal acceso a los dos aeropuertos de la capital- tuvieron un servicio muy limitado. Solo un tercio de los autobuses y de los tranvías circularon durante el día.
Pese a que la parálisis fue importante, los parisienses se vieron menos afectados por la huelga que en las negras jornadas de hace una década.
La causa es que ahora existen nuevos medios de transporte urbano: la bicicleta se ha generalizado y a ella se han unido patinetes y motocicletas eléctricas, que junto con taxis y vehículos de alquiler con conductor (VTC) permitieron a habitantes y turistas mitigar las consecuencias del paro.
"A esta hora, los metros se han acabado, así que he tenido que alquilar un patinete. De forma que además de pagar el bono de metro he tenido que pagar el patinete", comantó a Efe Jules Boscherini, estudiante de las afueras de París.
La RATP, la entidad que gestiona los transportes públicos en la capital francesa, había firmado acuerdos de cooperación con algunas empresas dedicadas a esos nuevos medios de movilidad urbana para que sean gratuitos para sus usuarios en estas situaciones de crisis.
También ayudó a descongestionar la ciudad el hecho de que muchas empresas han introducido mecanismos de "teletrabajo" para sus empleados, lo que permitió que muchos no tuvieran que desplazarse a su oficina.
Pese a todo, muchos fueron los que tuvieron que madrugar más de lo habitual para llegar a sus puestos laborales.