El nuevo Nafta podría no ser ratificado este año por división en EEUU y tensión con vecinos
Tratado comercial podría convertirse en un tema de campaña frente a las elecciones que se aproximan en Norteamérica.
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Más de seis meses después de que Estados Unidos, México y Canadá anunciaran un pacto que reemplazaría el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, su sigla en inglés), el texto se mantiene estancado: ninguno de los Congresos lo ha ratificado y las crecientes tensiones complican su tramitación.
En Washington, el Partido Demócrata -que desde este año tiene mayoría en la cámara baja del Legislativo- no tiene una postura unificada, y algunos de sus parlamentarios han llamado a cambiar el acuerdo. El presidente Donald Trump, por su parte, ha amenazado con abandonar definitivamente el Nafta vigente si el Congreso no aprueba el nuevo tratado pronto.
Pero los gobiernos de México y Canadá también exigen que, antes de ratificar el pacto, la Casa Blanca retire los aranceles a los metales impuestos el año pasado. De otra manera, incluso han delineado represalias comerciales.
Frente a esos obstáculos, el nuevo acuerdo, llamado Usmca, podría convertirse en un tema contingente para las campañas políticas venideras: Canadá enfrenta elecciones generales en octubre, y el próximo año será el turno de EEUU.
“El Usmca está en problemas”, dijo a Reuters el exsubsecretario de Relaciones Exteriores de México, Andrés Rozental.
Presión sobre Trump
La principal barrera para la ratificación del acuerdo es, hasta ahora, los aranceles de 25% sobre el acero y 10% sobre el aluminio que el presidente Donald Trump impuso a sus vecinos el año pasado. Según fuentes consultadas por Bloomberg, el mandatario no quiere retirarlos hasta que el Usmca entre en vigor.
Por su parte, Ottawa ha señalado que no impulsará la confirmación del pacto sin que los otros países lo hagan. Y, la semana pasada, un representante diplomático del gobierno de Justin Trudeau señaló que “no avanzaremos con la ratificación si no se eliminan los aranceles. Y creo que México ha dado el mismo mensaje”.
El tiempo para que el gobierno de Trudeau envíe el texto al parlamento para su trámite legislativo es escaso. De no hacerlo en las próximas semanas, no se aprobará antes del receso de verano (boreal) en junio; de otra manera, el debate ocurrirá peligrosamente cerca de las elecciones generales de octubre.
A medida que pasa el tiempo, la tensión crece. La canciller canadiense, Chrystia Freeland, ha delineado la posibilidad de aplicar nuevos gravámenes a importaciones estadounidenses. Más explícitamente, Trump ha amenazado con cobros a la importación de automóviles. Todo ello podría minar el camino para que el Usmca vea la luz.
Nuevos términos
Las exigencias de los demócratas también han sumado tensión al proceso del nuevo Nafta. Freeland ha advertido que Canadá no está dispuesta a reabrir las negociaciones del pacto para hacer frente a las preocupaciones de la oposición estadounidense. “Nosotros ya tenemos nuestro acuerdo. Hay que tener cuidado con abrir lo que podría ser una caja de Pandora”.
En tanto, México -donde tampoco se ha iniciado el trámite legislativo del Usmca- ha delineado medidas para cumplir con el tratado. El partido Morena del presidente Andrés Manuel López Obrador presentó la semana pasada una ley que fortalece a los sindicatos, a fin de cumplir con la exigencias del Usmca. El trámite de esa ley comenzaría esta semana.