Desarrolladores chilenos captan la atención de gigantes japoneses de los videojuegos
Firmas como Nintendo y Epic Games viajaron a Santiago hace pocos días para identificar socios creativos.
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Chile y Japón suman 122 años de amistad, y la relación sigue agregando capítulos.
Al vínculo que incluye acuerdos comerciales relativos a las industrias primarias como la pesca, la minería, las actividades forestales y los envíos de carnes de cerdo -que hoy alcanzan casi US$ 200 millones-, entre otros, hoy se está sumando otro rubro: el de los videojuegos.
La semana pasada se llevó a cabo en Santiago el primer encuentro de videojuegos Chile-Japón, el que tuvo como fin generar nuevas oportunidades de negocios e inversión en el rubro para empresarios locales.
Nintendo, Square Enix y Epic Games, tres grandes de la industria, participaron del evento con el fin de identificar socios y así, impulsarlos a tomar participación del mercado nipón; uno de los principales en videojuegos y tecnología.
El director comercial de Chile en Japón, Jaime Rivera, comentó a Diario Financiero que “cuando uno habla de videojuegos mucha gente se ríe, pero es una industria de US$ 128 mil millones y que en los próximos cinco años se estima que rondará los US$ 300 mil millones; casi dos veces el PIB de Chile”.
Esto justificaría la decisión de buscar oportunidades en el área, dijo, ya que el país puede actuar como importador y distribuidor, pero también hacerse parte del proceso creativo de cada videojuego.
“Tenemos desarrolladores de muy buen nivel, un recurso humano competitivo que no es barato, pero tampoco caro comparada con la mano de obra japonesa, canadiense o coreana, y además, somos un país con mucho talento creativo”, aseguró, apuntando también a la nostalgia que significa la cultura nipona para los chilenos.
“Varias generaciones nos sentimos muy cercanos a la industria japonesa. Nuestros monitos animados eran japoneses, por lo que Japón se hace muy cercano y eso también hace que se abran puertas para otros mercados”.
Nuevo mercado
Según datos de ProChile, el país exportó entre US$ 7 millones y US$ 7,5 millones a la industria de videojuegos en 2019, y para 2020 se espera que la cifra totalice entre US$ 8,5 millones y US$ 9 millones.
Además, el organismo está desarrollando conversaciones con instituciones de capital de riesgo, capital corporativo, la banca y universidades para impulsar la inversión. “Se está generando una sinergia. Hay ganas, hay energía y sobre todo, optimismo”, dijo Rivera.
Eso sí, fue cauto e hizo hincapié en que si bien se están realizando acciones para posicionar al mercado de los videojuegos en las mentes de los inversionistas, es un trabajo de largo aliento.
“En el corto plazo es difícil, aunque no digo imposible, que tengamos un ‘Chintendo’ como plataforma de desarrollo de juegos. Para eso vamos a necesitar un poco más de tiempo. Pero, por otro lado, con el apoyo de Corfo, Start-Up Chile o Invest Chile para atraer capital, en la medida que vayamos generando un ecosistema, esto se va a dar, porque el talento está”.
En el radar
El mismo talento que destaca Rivera fue lo que despertó el interés de los ejecutivos de la firma que dio vida a Mario Bros.
En entrevista con DF, Steve Singer, vicepresidente de Relaciones con Publishers y Desarrolladores (PDR)de Nintendo, destacó que “un buen videojuego puede venir de cualquier lugar”.
Sin embargo, Chile tuvo un puesto especial dentro de la búsqueda de socios debido a la visibilidad que ha gestado el país sobre sus avances en la materia. “Ustedes crearon esta oportunidad”, dijo.
A raíz de eso, enfatizó en que el país puede ser un aporte a los clásicos de Nintendo y que es “un momento emocionante para que Chile concentre más energía en el negocio de los videojuegos, porque, ¿quién dice que el próximo mejor juego no puede crearse en Chile? La tecnología ha permitido eso dentro de este negocio”.