¿Buenas noticias para Chile? Francia estima que aranceles al vino abren la puerta a otros productores

La nueva fase de la guerra comercial, ahora entre Estados Unidos y la Unión Europea, ha encendido las alarmas entre los principales exportadores del viejo continente.

La Casa Blanca emitió una lista de bienes importados que, desde el 18 de octubre, recibirán aranceles de 10% o 25%. Entre ellos, el vino.

Según el Comité Europeo de Empresas Vinícolas (CEEV), EEUU es el mercado de exportación más lucrativo para los vinos de la UE y viceversa.

Un tercio de los envíos desde el viejo continente a la primera economía mundial -que se ubicaron en alrededor de US$ 4.100 millones en 2018- llegan precisamente de naciones que se verán golpeadas por los gravámenes: Francia, Alemania, España y el Reino Unido.

Así las cosas, esta pudiera ser una oportunidad para que Chile impulse sus exportaciones en este rubro.

Golpe a Francia

En Francia, donde el vino es considerado casi como un símbolo nacional, la preocupación por el impacto surgió de inmediato.

Y es que, en 2018, las exportaciones del producto a EEUU totalizaron los US$ 1.000 millones, equivalentes a un 20% de todos los envíos.

Ante este panorama, el presidente de la Federación de Exportadores de Vino de la nación gala (FEVS), Antoine Leccia, consideró que el impuesto de 25% terminará penalizando a los consumidores estadounidenses, quienes verán un fuerte alza de los precios, además de perjudicar a los propios productores galos en su mayor mercado de exportación.

“Nos sentimos secuestrados por estas medidas que van en contra del libre comercio”, dijo Leccia, consignó Reuters.

A su juicio, la medida provocará un aumento inmediato de precios, de US$ 5 a US$ 10 por botella, y los exportadores tendrán que recortar sus precios para evitar perder participación en el mercado.

“Podemos esperar un caída significativa en las ventas, que podría ser de hasta un 50% para los vinos que se venden por debajo de los US$ 15, porque será muy fácil recurrir a un vino chileno o italiano”, dijo.

¿Ventaja para Chile?

Ocurrió ya en julio de 2018, cuando China aplicó un impuesto adicional de 15% a los vinos estadounidenses, en represalia por los impuestos de EEUU al acero y al aluminio.

Productores locales vieron, en ese entonces, la ventana para expandir sus envíos al gigante asiático, que ya era el mayor mercado de exportación vinícola del país.

Sin embargo, para Rodrigo Yáñez, subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, hay que tener en cuenta que “el hecho ocurre en un escenario de incertidumbre y de guerra comercial”.

“Debemos analizar los escenarios que se puedan generar cuando EEUU haga efectivas las alzas a los vinos embotellados, aceite de oliva, quesos y mejillones en conserva, entre otras, provenientes de la UE”, dijo.

Y agregó que “las crecientes tendencias proteccionistas no le hacen bien a la economía mundial, pues sólo generan incertidumbre, restando dinamismo al comercio exterior global, lo que afecta directamente a una nación abierta al mundo como la nuestra”.

Con él coincidió Richard Bown, presidente de la Asociacion de Exportadores de Frutas de Chile (Asoex), quien en entrevista con DF dijo que “cualquier guerra comercial a veces trae consecuencias más negativas que positivas” y, aunque se pueda considerar que surgen oportunidades y alternativas para algunos países, “no vivimos en un mercado unilateral y a la larga hay impacto para todos”.

Bown consideró que “por ahora, para nosotros, es muy imprudente calificar de beneficio o desventaja” la decisión de EEUU de aplicar aranceles a productos como el vino.

Otros en la mira

Esta nueva etapa de la disputa arancelaria surgió luego de que la Organización Mundial del Comercio (OMC) fallara a favor de EEUU en el caso de las ayudas ilegales por parte de la Unión Europea a Airbus.

En una respuesta casi inmediata, Washington dijo que gravará a las aeronaves, a los productos agrícolas y textiles, algunos metales, el café, derivados del cerdo, quesos, licores, aceites y el vino, que se compran a países como Francia, Alemania, España y el Reino Unido.

Otras naciones comunitarias -como Portugal, Eslovaquia, Holanda, Chipre, República Checa o Suecia-, tampoco escapan del conflicto.