Arancha González: “Quien quiera una economía nacional fuerte necesita invertir en más y mejor multilateralismo”
Según la experta, que expuso sobre la incorporación de las mujeres en el comercio, la inclusividad da mayor solidez a las economías.
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“La digitalización en el siglo XXI es la regla de juego fundamental”. Así de categórica es Arancha González, directora ejecutiva del Centro de Comercio Internacional -una agencia conjunta de la Organización Mundial del Comercio y de Naciones Unidas- quien conversó con DF en el marco de la Conferencia “Mujer y Comercio en la Era Digital”, organizada por APEC Chile 2019.
Según la experta -quien trabajó durante más de una década como jefa del gabinete del Director-General de la OMC, Pascal Lamy- es clave hablar sobre la digitalización en la discusión sobre el empoderamiento de las mujeres, porque “hay una brecha de género en la economía analógica. Si esa brecha la llevamos a la economía digital, vamos a perpetuar la debilidad de nuestras economías”.
- Aumentar la participación de mujeres en el comercio permite un crecimiento más inclusivo...
- Permite un crecimiento más inclusivo, pero la inclusividad lo que da es solidez. Esta es una discusión sobre cómo hacemos que nuestras economías que hoy son frágiles puedan ser más resilientes, más fuertes, y lo harán si incorporan a todos los actores sin discriminación, con las mismas reglas del juego.
- ¿Cómo se pueden preparar las empresas de brick and mortar para el comercio digital?
- La digitalización está trayendo una gran disrupción en los métodos empresariales más tradicionales. Estamos viendo cómo los centros comerciales tienen menos importancia como lugares centrales para la compra, y cómo las plataformas en línea están ganando más espacio y más interés por parte del consumidor. ¿Eso qué nos dice? Que la empresa tiene que aprender a adaptarse, si no va a tener un problema fundamental de supervivencia. Eso necesita, primero, una gran dosis de apoyo público-privado. Lo segundo es un sistema financiero que apoye esa transformación, que preste crédito, que aporte capital, para ayudar a la empresa a adaptarse.
- ¿Cuál es el rol del gobierno?
- Lo primero es asegurar la conectividad, porque sólo el 50% del mundo está conectado a banda ancha. Lo segundo es asegurar que de esa conectividad se pueda derivar valor, un beneficio, para crear una empresa, para emprendadurismo y eso tiene mucho que ver con la formación. Una de las tareas a las que se enfrentan los gobiernos es formar para aquello que importa en el futuro, no para lo que ya conocemos. Lo que importa ahora en los sistemas de formación y educación es enseñarle a la persona a aprender, no sólo la transmisión de conocimientos. Lo tercero es la regulación. Necesitamos saber qué va a ocurrir con nuestros datos personales; se tiene que regular la ciberseguridad.
Guerra comercial
- ¿Hay ganadores y perdedores en la guerra comercial?
- Aunque a corto plazo algunos hayan conseguido pequeñas oportunidades, a medio o largo plazo todos pierden. (Ayer) la OMC revisó nuevamente a la baja sus perspectivas del comercio internacional para 2019 y 2020. Eso significa que las tensiones comerciales ya están teniendo como impacto una reducción del comercio internacional. Y eso le afecta a todos los países, también a China y EEUU. Eso además se traduce en una reducción a la baja en las cifras de crecimiento global, que va acompañada de una caída de las inversiones extranjeras y de los índices de confianza empresarial. Todo eso apunta en una dirección: una ralentización de nuestras economías que, si sigue así, será una recesión que afectará a todos los países de manera negativa. Lo que hemos aprendido en este año y medio que llevamos embarcados en estas tensiones comerciales es que medidas unilaterales no van a resolver el problema de fondo.
- ¿Qué podemos hacer para resolver el conflicto entonces?
- El problema de fondo es cómo asegurar que el sistema de comercio internacional tenga reglas del juego que garanticen el juego limpio, que no favorezcan a las empresas estatales por encima de las privadas, que no confisquen la tecnología del sector privado y que regule el comercio electrónico. Todo eso es la gran agenda pendiente. Para eso hay una solución: volver a la mesa de negociación de la OMC. Todos los países están de acuerdo sobre el fondo, necesitamos reformar la OMC, que sus reglas garanticen el juego limpio en el siglo XXI. Pero donde hay diferencias es cómo llegar a la negociación. Quien quiera una economía nacional fuerte hoy, necesita invertir en más y mejor multilateralismo.