El Gobierno de Brasil estudia
cobrar menos impuestos a los productores locales de trigo, como
parte de un plan para reducir la dependencia del cereal de
Argentina, principal proveedor del país, informaron hoy fuentes
oficiales.
Según la estatal Agencia Brasil de noticias, el ministerio de
Hacienda estudia la propuesta de "acabar con el cobro" de dos
impuestos clave, el Programa de Integración Social (PIS) y el Cofins
(Contribución para el financiamiento de la seguridad social).
El anuncio lo hizo el ministro de Industria y Comercio Exterior,
Miguel Jorge, tras un encuentro con representantes de la Asociación
Brasileña de Trigo (Abitrigo), en Brasilia.
"Ellos en Abitrigo pidieron que sea extendida este año la
exención de cobro del PIS/Cofins, o hasta la retirada de una vez de
este impuesto. Hacienda está trabajando con eso y debe ser discutido
en la Cámara de Comercio Exterior (Camex)", explicó Jorge.
También dijo que es posible que Brasil elimine una tasa del 10% a
la importación de trigo proveniente de Estados Unidos o de Canadá,
para compensar el impacto de la fuerte reducción de la cosecha en
Argentina, el principal proveedor de Brasil.
"Estamos preparando (la propuesta de reducción de la tasa de
importación) para que podamos presentarla a la Camex en marzo",
agregó el ministro, citado por la Agencia Brasil.
Producción e importación
Brasil estima que la cosecha argentina de trigo caerá este año
hasta menos de nueve millones de toneladas, contra los 16 millones
de toneladas en 2008, por lo que será necesario buscar nuevos
proveedores.
El trigo comprado en el Mercosur (Mercado Común del Sur) tiene
tarifa cero de importación, contra el 10% de Arancel Externo Común
que rige para el cereal de otros países.
La Agencia Brasil destacó que la primera solución presentada por
el Gobierno sería la importación de trigo de Rusia, que es más
barato.
Además, esa compra podría ser usada "como moneda de cambio" de
Brasil en sus esfuerzos por lograr una mayor apertura del mercado
ruso para sus carnes bovinas y porcinas.
Por su parte, el ministerio de Agricultura discutió hoy con
productores de estados del sur del país varios mecanismos para
estimular la producción local.
El plan incluye costear la cosecha de invierno, que comenzará a
ser plantada entre abril y mayo y que requiere inversiones por 2.500
millones de reales (unos US$1.063 millones).
También piden ayuda para garantizar la comercialización después
de la cosecha, a partir de agosto, lo que incluye garantías de
precios mínimos para el mercado final.
El precio mínimo actual por tonelada es de 480 reales (unos US$210) y los productores de los estados de Paraná y Río Grande do
Sul piden que sea elevado a 600 reales (US$255) y que se
mantenga en el 10% el arancel para fuera del Mercosur.
Brasil consume por año 10,2 millones de toneladas del grano, con
una cosecha prevista en seis millones de toneladas para 2009, un
considerable incremento respecto a los cuatro millones del año
pasado y a los dos millones de 2007, según los datos oficiales.
El país también acumula inventarios por tres millones de
toneladas y debe importar este año otros tres millones.