Rousseff promete nuevas medidas para estimular economía y confianza de inversionistas durante 2016
La presidenta brasileña fue abucheada por la oposición cuando propuso revivir la tramitación de un impuesto sobre transacciones financieras.
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En un gesto de acercamiento al Congreso, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dio ayer el discurso de apertura del año legislativo. La división interna de la cámara no fue disimulada en la sesión. Mientras los aliados de Rousseff coreaban a la presidenta durante su discurso, la bancada opositora no dudó en abuchear la batería de medidas propuestas para dar un empujón a la deprimida economía.
Rousseff urgió ayer a los legisladores a aprobar límites para el aumento del gasto del gobierno, recortes en las pensiones y revivir un impuesto a las transacciones financieras, conocido como CPMF, con el objetivo de controlar el creciente déficit presupuestario e impulsar la confianza de los inversionistas.
“Brasil requiere la contribución del Congreso para continuar con la estabilización fiscal y asegurar la recuperación del crecimiento”, dijo Rousseff .
“Vamos a proponer reformas que alteren la tasa de crecimiento de los gastos primarios, queremos fijar un límite máximo para el gasto del gobierno para dar previsibilidad a la política fiscal”, agregó.
Pero si quiere tener éxito en los grandes desafíos económicos que enfrenta el país este año, que incluyen tanto el proceso de impeachment al que está sometida como el empeoramiento de la recesión, Rousseff necesitará tender lazos entre ambos bloques de la cámara. Pese a que los esfuerzos para sacarla de la presidencia perdieron fuerza en el Congreso con el cierre del año legislativo, se prevé que enfrente una dura oposición a las medidas designadas para apuntalar las cuentas fiscales. Muchos legisladores se resisten a aprobar un mayor ajuste fiscal, ya que los economistas esperan que la recesión se profundice este año.
Planes para 2016
La presidenta garantizó al Congreso que va a adoptar dos nuevas acciones: una reforma administrativa, anunciada el año pasado para reducir los gastos de personal, pero que apunta a solucionar problemas en el largo plazo; y “medidas temporales”, entre las que se destacó la creación del impuesto CPMF y la propuesta de desvincular los ingresos de la Unión, así como en estados y municipios. Ambas propuestas fueron duramente abucheadas por la oposición.
“Si la votación se llevara a cabo hoy en día, sería difícil que se aprobara“ el impuesto CPMF, afirmó el senador Humberto Costa, miembro del Partido de los Trabajadores. “¿Pero quién sabe? Vamos a debatir este asunto a lo largo del año”.
El presidente del Senado, Renan Calheiros, propuso una vía alternativa para lograr crecimiento después del discurso de Rousseff, afirmando que reducir el rol del Estado en la economía podría ser la mejor forma de impulsar la confianza de los inversionistas. Para estimular la inversión, la presidenta afirmó que se retomará el debate regulatorio de las mineras y un nuevo marco para las telecomunicaciones. Además, se tomarán acciones en el sector petrolero y de gas, como la renovación de contratos y licencias. Aseguró que las empresas implicadas en corrupción serán castigadas, pero que los empleos se conservarán.
Según Rousseff, el equilibrio macroeconómico del país requiere la estabilización de la renta y de los empleos. “Solamente así retomaremos el crecimiento. Vamos a trabajar para que 2016 sea un año en que volvamos a crecer”, afirmó e indicó que el gobierno fortalecerá la inversión privada y va a estimular las exportaciones.
Además, aseguró que es necesario abrir nuevos mercados para las exportaciones y que se priorizará Asia y Medio Oriente. “Nuestra expectativa es lograr un saldo de la balanza comercial de US$ 35.000 millones en 2016”, precisó.
Asimismo, la mandataria garantizó la aceleración de concesiones y ejecución de obras de infraestructura prioritarias, anunció la privatización de las distribuidoras Eletrobras y avanzó la implementación de un plan de inversión en energía eléctrica.
Indicador cae 8,3% en 2015
La producción industrial de Brasil bajó 8,3% en 2015, el peor dato registrado desde 2003, una inesperada caída que señala una contracción incluso mayor en el cuarto trimestre para la mayor economía de Latinoamérica. Según los datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (Ibge), la producción bajó 0,7% mensual en diciembre, marcando el séptimo mes consecutivo de caída, y retrocedió un fuerte 11,9% frente a diciembre de 2014. El dato revisado de noviembre apunta a una baja de 2,3%, afirmó el organismo ayer.
La producción cayó en trece de las 24 industrias que monitorea el instituto. La más intensa se produjo en bienes de capital, un barómetro de la inversión, que cayó 8,2% mensual en diciembre y cerró el año con una contracción de 25,5%. En segundo lugar se ubicaron los bienes durables, con un retroceso anual de 18,7%. La tercera mayor caída fue la de los bienes de consumo, 9,4% anual, a medida que el desempleo y la inflación se elevan y afectan a la demanda. Más de 1,5 millones de empleos desaparecieron el año pasado.