El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, presentó ayer ante el Congreso el proyecto de presupuesto para el año fiscal 2017, una propuesta que contempla un gasto récord de US$ 4,1 billones (millones de millones) dirigidos a financiar la lucha contra el cambio climático, impulsar la educación y la tecnología además de establecer un referente en la campaña presidencial de este año para su sucesión en la Casa Blanca.
El presupuesto para el próximo ejercicio fiscal, que parte el 1° de octubre, proyecta que los ingresos aumenten en US$ 308 mil millones y el gasto crezca en US$ 196 mil millones. Obama pretende recaudar US$ 2,6 billones en la próxima década a través de cambios en las leyes fiscales, incluyendo el relanzamiento de las tasas sobre los ingresos de negocios internacionales y eliminando algunos beneficios para los contribuyentes de altos ingresos.
Es, sin embargo, un documento meramente político. La administración no espera la aprobación completa en el Congreso, dominado por republicanos, aunque sí podrían respaldar partidas concretas. Los líderes republicanos ya adelantaron que rechazarán la mayoría de las propuestas.
“Se trata de un documento de campaña que los republicanos casi con certeza rechazarán porque lo propone Obama”, afirmó Stan Collender, analista de presupuestos y vicepresidente ejecutivo de Qorvis/MSL Group, a Bloomberg.
Es también, como otras muchas de las iniciativas de Obama, un intento de solidificar su legado e influenciar el debate de la campaña presidencial de este año. Los candidatos demócratas, Bernie Sanders y Hillary Clinton, podrían verse desafiados a apoyar o desmarcarse de las políticas de Obama, y los candidatos republicanos buscarán dibujar un contraste entre la visión del país que sostiene el actual presidente y la suya propia.
Progreso fiscal
La propuesta de gasto se enmarca en el acuerdo alcanzado el año pasado entre la Casa Blanca y el Congreso, que eliminó recortes obligatorios tanto en defensa como en el gasto doméstico. No obstante, propone levantar los límites por completo a partir de 2018.
“Mi presupuesto incluye inversiones críticas, al tiempo que se adhiere al acuerdo presupuestario bipartidista que rubriqué como ley el pasado otoño (boreal)”, escribió Obama en el documento. “Este presupuesto no está basado en el camino que ya hemos recorrido sino en el que nos queda por recorrer. Es la hora de ruta para el futuro”.
El presupuesto proyecta un déficit de US$ 616 mil millones en el actual año fiscal, o 3,3% del Producto Interno Bruto, por encima de los US$ 544 mil millones que la oficina de presupuestos del Congreso (CBO, su sigla en inglés) había proyectado.
En el año fiscal 2017, se prevé que el déficit alcance los US$ 503 millones, o 2,6% del PIB, mejor que lo estimado por la CBO (US$ 561 mil millones).
Este escenario asume que la tasa de desempleo (en 4,9% a fines de enero), promediará en 4,7% este año y caerá a 4,5% el próximo. Además, estima que la economía estadounidense crecerá 2,6% este año, por encima de las previsiones de los analistas (2,4%) y del crecimiento de 2015 (2,4%).
“El plan rebaja los déficit y mantiene los progresos fiscales a través de ahorros inteligentes en el sistema de salud, migratorio y la reforma impositiva”, dijo el mandatario.
Se pretende reducir el déficit en US$ 2,9 billones en diez años, principalmente con recortes a los beneficios fiscales para los contribuyentes de ingresos elevados, nuevos ahorros en el sistema de salud y asumiendo que se adoptarán algunas de sus políticas para impulsar el crecimiento como el Acuerdo Transpacífico (TTP). En una década, el déficit podría promediar un 2,5% del PIB, frente al 4% estimado por la CBO en base a las normas actuales.
“El presidente Obama dejará la administración sin haber propuesto nunca un presupuesto equilibrado”, dijo el presidente de la Cámara de Representates, Paul Ryan, en una declaración posterior a la presentación del presupuesto. “Esto no es ni siquiera un presupuesto, es un manual progresista para aumentar el gobierno federal a expensas del duro trabajo de los estadounidenses”.
Clima e infraestructura
El pacto para dos años alcanzado con el presupuesto del año pasado establecía el gasto discrecional (la porción que ajusta el Congreso cada año) en US$ 1,07 billones para 2017. Este monto financiará funciones desde la defensa a la recaudación de impuestos en parques naturales. Los programas de ayuda como la Seguridad Social y Medicare, el programa de salud para ancianos y discapacitados, comprende el resto del presupuesto, junto con el pago de intereses de los US$ 19 billones de deuda nacional.
Una de las prioridades de Obama es cimentar los objetivos en la lucha contra el cambio climático a través del incremento en los impuestos a la industria de combustibles fósiles y con una partida de US$ 1.300 millones para avanzar en los objetivos globales en este tema. Además, la recaudación de estos impuestos se invertirá en infraestructura vial y en la investigación de energías renovables.
A la vista de las vulnerabilidades de las redes de conexión de computadores públicos y privados, el plan de Obama contempla un aumento de 35% en ciberseguridad, hasta US$ 19 mil millones. Asimismo, pide al Congreso duplicar, en un período de cinco años el gasto en los reguladores de Wall Street.
claves del presupuesto
Ciberseguridad: el plan aumenta esta partida en 35% , a US$ 19 mil millones, e incluye retirar sistemas tecnológicos desfasados.
Impuesto al petróleo: busca aplicar una tasa de US$ 10 por barril y con la recaudación impulsar la investigación de energías renovables y la inversión en infraestructura vial en todo el país.
Defensa y Estado: destina US$ 11 mil millones para combatir al Estado Islámico y estabilizar Siria, además de reforzar la seguridad nacional contra la potencial amenaza submarina de Rusia y China.
Investigación y Desarrollo: incluye un alza de 4%, a US$ 152 mil millones, en el gasto en investigación y desarrollo, incluido un programa de US$ 1.000 millones para investigar el cáncer.
Ayudas sociales: el plan destina US$ 6 mil millones para ayudar a adolescentes de bajos ingresos a encontrar empleo; US$ 4 mil millones para que los niños aprendan código informático; US$ 1.100 millones en un programa para controlar el abuso de opiáceos.
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