La actividad manufacturera de China bajó a su mínimo en tres años en noviembre, mostró una encuesta de la industria, lo que apoya a quienes piden una política más expansiva para evitar que la segunda economía mundial se desacelere más.
El Índice de Gerentes de Compra (PMI, su sigla en inglés) oficial de la oficina nacional de estadísticas llegó a 59,6 puntos en noviembre, su menor lectura desde agosto de 2012, tras un dato de 49,8 el mes anterior. Una lectura inferior a 50 denota contracción de la actividad.
“Con un débil impulso de crecimiento y las presiones deflacionarias subiendo gradualmente, esperamos que las autoridades flexibilicen aún más la política monetaria y sigan implementando una política fiscal expansiva para evitar una mayor desaceleración de la economía en 2016”, escribieron Li-Gang Liu y Louis Lam, economistas de ANZ, en una nota a clientes.
De forma separada, el índice PMI manufacturero elaborado por Caixin subió a 48,6 puntos en noviembre, superando las expectativas del mercado de una lectura de 48,3, que no habría mostrado variación respecto del mes anterior. El índice se ha contraído por nueve meses consecutivos.
La encuesta de Caixin se enfoca más en pequeñas y medianas empresas del sector privado, las que muestran un mayor estrés por la prolongada desaceleración económica y mayores costos de financiamiento, mientras que la versión oficial se concentra en las grandes empresas estatales.
Los subíndices del PMI oficial mostraron una debilidad extendida en las manufacturas: las lecturas de la producción, nuevas órdenes, inventarios y empleos se debilitaron frente a octubre. Las nuevas órdenes, un indicador de la demanda doméstica y externa, bajaron 0,5 punto a 49,8, mientras que las exportaciones se contrajeron a 46,4 por decimocuarto mes consecutivo. Los precios de las materias primas declinaron 3,3 puntos a 41,1, su nivel más bajo del año.
Amenaza de deflación
Los economistas de ANZ dijeron que esto apunta una deflación persistente, lo que colocará presión sobre los precios a puerta de fábrica y sobre las ganancias industriales.
“Las presiones deflacionarias están aumentando”, dijo Qu Hongbin, economista jefe para China y codirector de investigación económica para Asia de HSBC, a Bloomberg.
“Ya que una deflación arraigada exacerbaría el problema de deuda y arriesgaría un espiral descendente, ahora es el momento para que Beijing actúe de forma más decisiva y coordinada para subir la confianza y terminar con la deflación”.
Los seis recortes a las tasas de interés que ha aplicado el banco central desde noviembre de 2014 no han sido suficientes para impulsar la recuperación de la manufactura, que sigue debilitándose, mientras el sector de servicios ha mostrado una mayor fortaleza. La meta de crecimiento del primer ministro Li Keqiang para este año es “cerca de 7%”.
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