La resistida alianza entre Nestlé y Soprole

Por tercera vez en una década, las filiales en Chile de la suiza Nestlé y de la neocelandesa Fonterra, Soprole, intentan materializar una alianza estratégica bajo la empresa Dairy Partners America (DPA).



Nestlé aportará marcas y líneas de producción de su planta de Macul, además de pagar US$ 230 millones a Soprole, dado que ésta última aportará todos sus activos, entre los cuales se cuenta la planta de San Bernardo.

De esta manera, DPA se dedicará a fabricar, comercializar y distribuir leches líquidas, yogur, postres, quesos, mantequillas. La nueva sociedad alcanzaría un 45% a 50% del mercado de los yogures, el 40% a 45% de la leche líquida y el 5% de los postres, considerando no sólo los refrigerados. Cada una de las compañías aportará además el derecho de uso de cada una de sus marcas para estos negocios.

Los directivos de estas empresas han asegurado que la operación generaría sinergias por US$ 20 millones al año y alcanzaría el 34% del mercado lácteo nacional. Argumentan además que se promovería el consumo lácteo. Esta operación, un joint venture, fue sometida a consulta por ambas compañías al Tribunal de la Defensa de la Libre Competencia (TDLC), organismo que ha comenzado a recoger todos los antecedentes e implicancia que signifcaría esta operación. Los productores de leche congregados en Fedeleche, la Socieedad Nacional de Agrícultura (SNA), entre otras más, se han manifestado en contra de esta alianza, aduciendo riesgos a la libre compentencia y concentración de poder de mercado. En paralelo, la Fiscalía Nacional Económica (FNE) dio inicio a una investigación de oficio para analizar los efectos de la eventual concentración de las operaciones de Nestlé y Soprole.

Con todo, se estima que la decisión del TDLC no vea muy pronto luz, dado el importante números de actores que participan en esta industria.