El debate sobre la autonomía y los objetivos del Banco Central aterriza entre los constituyentes
El Observatorio de Políticas Económicas (OPES) partirá con seminarios enfocados en los cambios a la institucionalidad. La semana pasada el presidente del ente emisor, Mario Marcel, abordó nuevamente el tema.
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Con los 155 constituyentes ya proclamados y todo dispuesto para que arranque el proceso de redacción de la nueva Constitución, el debate del Banco Central también aterriza.
Desde el Observatorio de Políticas Económicas (OPES) contemplan iniciar en las próximas semanas conversatorios enfocados en los miembros de la Convención con el fin de promover una revisión del rol y funcionamiento de la entidad.
Críticos a la reticencia que despierta en “la elite económica y política” la idea de revisar la autonomía junto a los mandatos de estabilidad de precios y financiera, los economistas y directores de OPES, Nicolás Bohme y Javiera Petersen (ambos militantes del Partido Comunista) elaboraron un análisis comparando las experiencias de sus pares en Francia, Canadá y Corea del Sur durante el período en que dichas económicas lograron un repunte en su desarrollo.
Para el puntapié inicial están coordinando una sesión inaugural con los constituyentes Fernando Atria (Fuerza Común), Bárbara Sepúlveda (PC) y otros electos de las listas del Apruebo y la del Pueblo.
Ampliar el mandato y una nueva gobernanza
En el informe -que está disponible el sitio web de OPES- proponen “avanzar hacia una institucionalidad que logre incorporar objetivos de largo plazo de nuestra estructura productiva”.
Señalan que, manteniendo los objetivos de control de precios y la prohibición estricta (salvo casos extremadamente excepcionales) de financiamiento monetario de los déficits fiscales, en la Constitución el mandato del Central podría plasmarse como: “Velar por la estabilidad de la moneda, el normal funcionamiento de los pagos internos y externos, el pleno empleo, y el bienestar económico de la nación a través de la promoción de un sector productivo y externo competitivo y diverso”.
A ello, agregan, la necesidad de tener un modelo de gobernanza que permita una coordinación “efectiva” entre el ente emisor y el Gobierno.
Si bien Petersen (31 años) y Bohme (30 años) reconocen el éxito del país en controlar la inflación durante las últimas décadas, exponen que ante las decisiones adoptadas por parte del ente rector en la crisis asiática y durante el súper ciclo de las materias primas (2003-2013), es necesario asumir dicho desafío. Una alternativa que mencionan es que el Ejecutivo “tenga potestades sobre orientaciones estratégicas de la política monetaria, mientras que el Consejo preserve su autoridad sobre la ejecución de esta y la definición de los instrumentos que utilizará”.
Ambos, que se encuentran cursando doctorados en el extranjero, (Bohme en la Universidad de Massachusetts Amherst y Petersen en University College London), insisten en ligar los objetivo al desarrollo de un setor exportador “intensivo en tecnología, conocimiento y valor agregado”.
¿Cómo lo ve Marcel?
Desde el pacto político de fines de 2019, que dio inicio al proceso constitucional, es cada vez más recurrente para el presidente del Banco Central, Mario Marcel, enfrentar en sus apariciones públicas preguntas sobre los posibles cambios que ello pueda traer a la institución.
No fue la excepción en Icare, en el marco de la presentación del Informe de Política Monetaria (IPoM). Ahí el el presidente del Círculo de Finanzas, Jaime de la Barra, le preguntó sobre una “potencial” ampliación del mandato.
“La manera en que puedo recoger su pregunta es explicando cómo funcionan los mandatos duales en otros países”, señaló. Previamente eso sí, enfatizó que lo relevante es el trabajo que desarrolle la Convención, sin descartar que “si nos invitan -en algún momento- contaremos algo del Banco Central”.
Australia, Noruega, Nueva Zelanda y, por supuesto, la Reserva Federal de Estados Unidos, fueron los casos que mencionó para “ilustrar” que “más allá de señalar tal o cual objetivo” en la Carta Magna o en la Ley Orgánica la clave es vincular los mandatos con “una forma de hacer política monetaria” que evite concentrarse en reaccionar a la inflación en el corto plazo. Algo, que en el caso de Chile sí tiene, al configurar su política monetaria bajo un horizonte a dos años, explicó.
Esto, advirtió, es “bien importante de entender” en una discusión sobre los objetivos ya que si bien en el país el Central no tiene explícitamente un mandato que incluya el empleo u otros aspectos de bienestar social, asegurar la convergencia de la inflación a dos años permite reducir las fluctuaciones de la actividad en el corto plazo y a sobre reaccionar frente a cambios puntuales de inflación. Todo esto, en el entendido de que la estabilidad de precios tiene directa relación con el bienestar de las personas, en especial con las de clase media y sectores más vulnerables.
De hecho, graficó que durante el último año y medio con una inflación en promedio “bastante cercana” al 3%, el ente rector ha mantenido una tasa de interés en 0,5%, lo que significa estar 300 puntos bases por debajo de lo que hoy se estima como la Tasa de Política Monetaria (TPM) neutral. Ello, argumentó, obedece a que las presiones de la actividad sobre los precios con una brecha de actividad “tan grande” como la que ha ocasiando la crisis sanitaria ejerce presiones a la baja, por lo tanto no es porque la inflación haya estado por debajo de la meta de 3%, es para compensar “esas presiones a la baja” a través de una política monetaria “particularmente expansiva”.
El rol del Banco Central en Corea del Sur que mira OPES
Durante el auge de la economía surcoreana el Gobierno mantuvo control sobre las decisiones "más importantes" del Banco Central. Algo que hoy no se mantiene, aclara Petersen, ya que se adecuó a las necesidades de un país desarrollado.
Durante dos décadas garantizó la extensión de deuda a los bancos comerciales cuando estos dirigían los recursos hacia los sectores exportadores prioritarios.
En los años 70, cuando se fomentaron las industrias pesada y química, estableció líneas de crédito directas a ellas. Luego, en los '80 -con una política de apoyo a empresas pequeñas y medianas- estableció requerimientos de préstamos que los bancos comerciales debían cumplir.
Australia incluye en su mandato la prosperidad
Un caso "bien interesante" de analizar para Mario Marcel es el de Australia por los conceptos generales que incluye en su mandato el Banco Central y la manera en que articula las acciones.
Su mandato es contribuir a la estabilidad de la moneda, al empleo pleno y a la prosperidad económica y bienestar del pueblo australiano. ¿Cómo lo aterriza? A través de un acuerdo con el Gobierno que se fija en una declaración conjunta en donde se establece una jerarquización de objetivos para la política monetaria, sin desconocer el de pleno empleo. Ahí se señala que el ente rector debe concentrarse en la estabilidad de precios afirmando que esto es una precondición crucial para la mantención del trabajo y el crecimiento.