Valdés: “No vamos a comprometer avances que no estén financiados”
En medio de llamado a la “responsabilidad fiscal”, el titular de Hacienda respondió a críticas de Piñera por manejo económico.
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Había transcurrido menos de media hora desde que el ex presidente Sebastián Piñera se había bajado del escenario, cuando llegó el turno del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, ante los empresarios de la ciudad de Concepción reunidos en Erede 2015.
En uno de sus primeros mensajes se dispuso a responder a las declaraciones del ex mandatario, quien había comparado los positivos índices macroeconómicos de su gobierno, con los de la actual gestión de Michelle Bachelet.
Primero, fue enfático en atribuir al contexto internacional las principales causas de la desaceleración local. Luego se fue al pasado: "Durante el primer gobierno de la presidenta Bachelet Chile crecía entre 5% y 6% por año hasta que nos tocó la crisis global. Por lo tanto, decir que el primer gobierno de la Presidenta es un desastre en crecimiento, es simplemente falso. Antes de la crisis, Chile crecía más que lo que creció con el gobierno del ex presidente Piñera", dijo.
Junto con ello, precisó que el gobierno seguirá firme en las reformas porque ante "los niveles de desigualdad no podemos cerrar los ojos y seguir manteniendo el status quo".
Sin embargo, siguiendo la línea de lo que ha sido su gestión desde que llegó al gabinete, garantizó que "vamos a avanzar, pero a un ritmo y profundidad coherente con la realidad y con los recursos que tenemos. No vamos a comprometer avances que no estén financiados o que técnicamente no sean los mejores".
Así, Valdés hizo un nuevo llamado a la "responsabilidad fiscal" -en su primera salida a regiones desde que se desempeña en Hacienda- y afirmó tajantemente que "tenemos recursos que son escasos y que debemos ocupar bien, no vamos a ampliar beneficios si no hay financiamiento. El dinero es de todos los chilenos, no para grupos de presión que están preocupados sólo de sus intereses".
El secretario de Estado también abordó la actual crisis de credibilidad que vive la política. En respuesta a ese contexto, aseguró que "el inmovilismo no es la solución, pero tampoco se trata de cambiarlo todo en cuatro años".
En ese sentido, retomando el discurso de la priorización y gradualidad que lo ha caracterizado, reiteró que en este segundo tiempo de gobierno "estamos siendo muy realistas respecto de la capacidad de gestión que tenemos. Tenemos que tomar seriamente en cuenta el cuadro económico y también, que cada vez que diseñamos reformas tenemos que tener el crecimiento como un elemento central".
Pero para no sólo quedarse en la teoría, citó ejemplos. Mencionó la reforma tributaria, asegurando que los cambios anunciados tienen que ver con ajustes técnicos, ya que "el acuerdo político al que se llegó (en el Senado) significó un sistema más complejo que el ideal".
Luego abordó la reforma laboral. La iniciativa fue aprobada el miércoles en su idea de legislar en la Sala del Senado. "Ahora se abre un trabajo técnico, ahora viene un trabajo de lápiz y papel y de buscar mejoramientos a esta iniciativa", garantizó.