Con malos ojos ven en la Nueva Mayoría los vaivenes y "pasos en falso" que ha dado el ministerio liderado por Adriana Delpiano en materia de educación superior. Algunos, simplemente, ven la última definición del gobierno de postergar para diciembre la presentación del proyecto sobre gratuidad -originalmente comprometido para septiembre- como un dato más de la causa.
"No entiendo nada. Nos contradecimos nosotros mismos. Nos hablaron de septiembre y ahora dicen diciembre. No encuentro la explicación a tanta confusión", señala molesto el diputado socialista y miembro de la comisión de Educación, Fidel Espinoza.
La confusión comenzó cuando los criterios anunciados en mayo por la presidenta de la República, Michelle Bachelet, para las universidades que podrían obtener gratuidad en 2016 fueron modificados al menos cuatro veces en los meses que sucedieron al compromiso.
Ello, ante la ola de críticas levantada por rectores, estudiantes y parlamentarios acusando discriminación en las exigencias estipuladas.
Sumado a ello, e instalado el "realismo sin renuncia", el gobierno puso en duda la factibilidad de cumplir con lo prometido en el programa, de dar gratuidad para el 70% a 2018 y al 100% en 2020.
Por lo mismo, en la coalición existe una gran molestia por el evidente desorden enraizado en la discusión.
"Nos hacemos cargo", expresó ayer en una especie de mea culpa el ministro vocero, Marcelo Díaz, refiriéndose a los constantes cambios de plazos y criterios a los que ha sido sometida la reforma. Sin embargo, justificó la extensión en el plazo para la entrada del proyecto de gratuidad, ya que "no estamos impulsando cambios menores", dijo, y garantizó que "vamos a procurar que no haya fallas ni errores".
Aprensiones del retraso
Pese a que el gobierno ha argumentado que es necesario más tiempo para la tramitación de la reforma -considerando que hoy se discute Carrera Docente y que en septiembre ingresa desmunicipalización-, algunos parlamentarios advirtieron de las complejidades que tendría el debate de la glosa presupuestaria que establecerá la gratuidad en 2016, careciendo del nuevo marco regulatorio del sistema.
"Es peligroso postergar esta definición porque vamos a discutir la gratuidad para 2016 en la ley de presupuesto sin tener los nuevos criterios para la acreditación, por ejemplo", explicó la diputada miembro de la comisión de Educación, Cristina Girardi (PPD).
En ese contexto, es que incomoda la posibilidad de que instituciones acreditadas con el actual sistema obtengan gratuidad en 2016, y que posteriormente ese beneficio se ponga en entredicho si el plantel no cumple con las nuevas exigencias que instalará la reforma, por ejemplo, una acreditación más estricta.
Al respecto, el timonel del PPD y presidente de la comisión del área del Senado, Jaime Quintana, afirmó que sería una buena solución que el Mineduc optara finalmente por dividir la iniciativa en dos textos y que lo que respecta al nuevo marco regulatorio "esté listo al menos para octubre, al momento de discutir la glosa presupuestaria".
Por otro lado, en la NM también critican que la decisión no se haya socializado antes con los parlamentarios del área. "Que la ministra nos explique las razones de postergar el proyecto, antes de emitir la decisión", reprochó Girardi.
En la DC el retraso del proyecto para diciembre fue recibido positivamente. En las últimas semanas, desde ese partido le han pedido al gobierno "ordenar" la discusión de la reforma, evitando tener tres proyectos simultáneamente sobre la mesa.
Así, el senador Ignacio Walker, afirmó que "es una decisión muy razonable porque el proyecto aún está muy verde. Nos da más tiempo para buscar acuerdo en el trabajo pre legislativo. No podemos legislar apurados y menos temas que generan tanta controversia". Su par de la Cámara, Mario Venegas, agregó que "hay una necesidad de afinar bien la ingeniería de detalles del proyecto".