Con la cuenta regresiva en marcha y con miras al 7 de septiembre -plazo fijado por el Ejecutivo para presentar las indicaciones al proyecto de reforma laboral-, el gobierno despliega todos sus esfuerzos para lograr consensos en la Nueva Mayoría respecto a las modificaciones que debiese experimentar el emblemático articulado durante su segundo trámite legislativo en el Senado.
En este contexto, es que el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, junto a la titular del Trabajo, Ximena Rincón, adelantaron ayer a los senadores oficialistas de ambas comisiones, algunos de los perfeccionamientos que pretenden presentar la próxima semana, y les entregaron algunos detalles reservados en una minuta.
Esta fue sólo una de las múltiples citas a las que el propio jefe de las finanzas públicas se comprometió a sostener en el marco de la discusión de la reforma. De hecho, para la próxima semana reactivará una intensa agenda con este tipo de encuentros, comenzando por un almuerzo el lunes 31 de agosto con el mismo grupo de senadores donde comenzarían a asomar con fuerza las fórmulas que contarían con la mayor aceptación.
El objetivo de las conversaciones es lograr que las indicaciones que finalmente presente el Ejecutivo obtengan una buena acogida en las filas del gobierno en medio del crispado ánimo que se ha dejado sentir en la NM por las posturas que han puesto en cuestionamiento uno de los ejes principales de la reforma: la prohibición del reemplazo en huelga.
El tener "desalineados" a algunos partidos de la Nueva Mayoría bajo los planteamientos del gobierno habría obligado a las autoridades a tantear terreno en estas semanas claves ad portas de la presentación de modificaciones para garantizar el respaldo a la iniciativa en el Congreso y, de esta forma, reducir los ruidos que se despertaron en un minuto desde la Democracia Cristiana al abrir el debate para permitir el reemplazo interno en huelga. Asimismo, durante estas semanas también se incrementarían las conversaciones con los diputados para garantizar el fácil despacho de la iniciativa.
Así, en el encuentro de ayer Valdés habría explicitado uno de los mecanismos que evalúa el Ejecutivo para intentar limitar la extensión de la huelga, sobre todo cuando la iniciativa no considera el descuelgue individual de trabajadores al cabo de 10 o 15 días, que ayudaba a hacer frente a una prolongada paralización. El nuevo mecanismo -de concretarse- permitiría a la empresa intervenir la huelga acudiendo a la Corte de Apelaciones, teniendo, esta última, plazos muy perentorios para fallar. Ese esquema es algo que hoy existe en el sector municipal y que se conoce como derecho de ilegalidad o de reclamo.
Por otro lado, en la instancia de la mañana de ayer el Ejecutivo reiteró su voluntad de precisar –para efectos de este proyecto-, la definición de pymes, acotando un subconjunto de dicha categoría de empresas que podrán contar con condiciones especiales.
Movimientos paralelos
Durante los últimos días, algunos parlamentarios se han contactado con dirigentes empresariales para conocer sus propuestas específicas y así analizar en detalle los perfeccionamientos que debiesen ser ingresados. Uno de ellos es el senador Andrés Allamand, quien habría solicitado al presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Patricio Crespo, los planteamientos específicos del gremio en torno a la reforma. Por su parte, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) espera que este jueves o a más tardar el lunes se concrete una reunión con los senadores de la NM previo a las indicaciones.
Según ha trascendido en las últimas semanas, los perfeccionamientos que presentaría el Ejecutivo apuntarían a sacar los pactos de adaptabilidad de la negociación colectiva, desestimar derechamente el reemplazo interno y externo en huelga (abriéndose sólo a fórmulas alternativas de menor alcance) y mejorar la definición de los servicios mínimos para que ésta avance hacia el concepto de "servicios esenciales".