El mercado, en general, aplaudió el mensaje de austeridad que entregó el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés el miércoles de la semana pasada, al presentar un Presupuesto con un incremento de 4,4% del gasto público para el próximo año, en línea con su discurso de "gradualidad" en el ritmo de las reformas y la "priorización" en el uso de los recursos fiscales.
Independiente de que el número se incrementa a 6,6% si se compara ley versus ley, lo cierto es que la cifra es más baja en comparación al 9,8% que se prevé avanzará el gasto este año.
Asimismo, Valdés reconoció que no se alcanzará el balance estructural en 2018. Todas señales de moderación que se valoran desde el mundo de las agencias clasificadoras de riesgo. El director de Moody´s Analytics, Alfredo Coutiño, y el associate director de Latin America Sovereigns de Fitch, Todd Martínez, celebran las señales del jefe de la billetera fiscal, pero son enfáticos: aún queda camino para consolidar la política fiscal, por lo que piden esfuerzos adicionales a Hacienda para continuar reduciendo el saldo negativo de las cuentas del Fisco.
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Todd Martínez, Fitch ratings: "Reducir el estímulo fiscal es reconocer que la desaceleración es estructural"
"En nuestra opinión, el Presupuesto de 2016 involucra un balance entre la consolidación fiscal y la priorización en el gasto social". Así lee el associate director de Latin America Sovereigns de Fitch Ratings, Todd Martínez, el erario previsto para el próximo año, que incluye un alza del gasto público de 4,4%.
Eso sí, el analista recalca que el gasto continuará aumentando en los próximos años a un nivel más alto que el crecimiento de tendencia de la economía, "reflejando el continuo compromiso del gobierno en seguir adelante con sus planes de gasto en educación y salud, financiados por la reforma tributaria".
Si bien Martínez anticipa que la deuda pública seguirá subieron en el bienio 2016-2017 a pesar del ajuste en materia fiscal, se mantendrá -"en el escenario más probable"- entre los niveles más bajos de los países en la categoría de clasificación A.
"La sólida posición de avanzada de Chile en finanzas públicas le da espacio para evitar ajustes de austeridad procíclicos durante este ciclo de desaceleración económica y, aún así, continuar avanzando en reformas mediante gasto social", recalca.
El analista valora que el Ejecutivo no haya insistido en un mayor estímulo fiscal por segundo año consecutivo, lo que, de todas maneras, tendría un mensaje implícito fuerte: "Esto refleja el reconocimiento del gobierno de que la actual desaceleración es estructural, a lo menos en una parte".
Desafíos e impacto en rating soberano
Luego de que el gobierno reconociera que no logrará el equilibrio estructural de las cuentas fiscales en 2018, Martínez señala que se veía "desafiante" alcanzar dicha meta "y además cumplir íntegramente sus promesas de gasto social".
Para el analista, aquello se volvió "claro" cuando el Producto potencial se redujo desde 4,3% a 3,6% este año, lo que implica una baja relevante en los ingresos estructurales.
"El anuncio de Hacienda de que no alcanzará el balance en 2018 entrega una mayor claridad respecto a la situación fiscal para los años venidores, la cual probablemente involucre metas menos ambiciosoas en materia de gasto y consolidación", advierte el experto.
Por ahora, Fitch Ratings ve como "neutral" para la clasificación de Chile el incremento del gasto propuesto en el erario nacional 2016.
Eso sí, Martínez advierte que el país tiene una serie de desafíos a futuro, en un contexto con menor crecimiento de tendencia y precios de las materias primas más bajos.
"El menor crecimiento y el precio del cobre más bajo probablemente significarán un período de mayores déficit fiscales e incrementos en la deuda en los próximos años, pero este Presupuesto toma pasos iniciales hacia un gradual ajuste fiscal", dice Martínez.
Si bien el analista destaca que Chile tiene un historial de "credibilidad" en materia fiscal que da "confianza" de que las autoridades "mantendrán" el camino hacia la consolidación, la agencia se mantendrá atenta.
"Continuaremos monitoreando los eventos fiscales en la medida que Chile enfrenta una prueba en medio del menor crecimiento económico y las altas demandas sociales", concluye.
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alfredo coutiño, director de moody´s analytics: "Dado el desequilibrio existente es necesario hacer mayores ajustes"
"El ajuste en el gasto público va en la dirección correcta de empezar a regresar la política fiscal a la disciplina abandonada por algunos años". Así valora el director de Moody´s Analytics, Alfredo Coutiño, el incremento de 4,4% en el gasto fiscal que presentó el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, en la ley de Presupuestos 2016.
El ejecutivo destaca que la cifra representa un "esfuerzo" hacia la "corrección" del actual "desequilibrio" fiscal.
Eso sí, pone el acento en que se requieren esfuerzos adicionales a futuro para converger hacia sanear las cuentas del Estado.
"Dado los niveles del desequilibrio existente, es necesario perseverar en mayores ajustes a futuro, de tal forma que se alcance el equilibrio en el menor tiempo posible", señala.
En esta línea, advierte que no hay que olvidar que el gasto continúa creciendo por sobre el PIB potencial, "el cual no va más allá de 3%" en la actualidad, plantea.
"En el Presupuesto se ve que hay un esfuerzo de ajuste, pero este tiene que ser consistente y duradero, ya que siempre existe la tentación de querer gastar un poco más de lo que las posibilidad de la economía lo permiten", asegura.
¿Cuál es el consejo para el ministro Valdés?: "Chile tiene que regresar a la filosofía de que el gasto público depende de las posibilidad estructurales de la economía, y no al revés", señala Coutiño.
"De hecho ante la desviación a la alza que se da en el déficit de 2015, es necesario asegurar que el ajuste se va a dar en los próximos años de tal forma de alcanzar el equilibrio no más allá del 2018", postula el analista.
Credibilidad fiscal y PIB 2016
Coutiño "agradece" que Teatinos 120 haya sincerado que no se alcanzará el equilibrio en las cuentas fiscales en 2018, recalcando que Chile sabe "perfectamente que cuesta mucho construir credibilidad, pero es muy fácil perderla".
"En este sentido, el sinceramiento oficial es bueno, pero debe cuidarse que esto no se convierta en una excusa repetida año tras año porque se puede incurrir en un riesgo de pérdida de confianza", señala el economista.
Por lo mismo, recalca que es "importante plantear metas consistentes y realizables. Posponer de manera repetida las metas no es una buena señal para los mercados y los inversionistas, porque puede interpretarse como complacencia de las autoridades e, incluso, puede derivar en una pérdida de credibilidad", lanza el experto.
Respecto al crecimiento de la economía que sustentará el incremento del gasto el próximo año, Coutiño no es muy optimista, señalando que lo "factible" es que el crecimiento del PIB ronde entre un 2,5% y "cuando mucho" un 3% en 2016.
"El crecimiento del gasto en 2016 aún tiene un componente expansivo que puede ser justificado tanto por la prolongada debilidad económica, como por los gastos inesperados que han ocasionado los desastres naturales que han azotado en el presente año", argumenta el ejecutivo de Moody´s Analytics.