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Oficialismo y oposición se enfrentan por causas y magnitud de la desaceleración

Nueva Mayoría apuntó a factores externos, mientras que la Alianza enfatizó impacto de reformas.

Por: Sebastián Valdenegro | Publicado: Miércoles 2 de septiembre de 2015 a las 04:00 hrs.
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La exposición del Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre dejó inquietos a los senadores presentes en la sala al momento de escuchar al presidente del emisor, Rodrigo Vergara.

Intranquilos no sólo por el diagnóstico que da cuenta de una economía que aún no repunta, sino por las causas detrás del menor dinamismo de la actividad, análisis que produjo fuertes diferencias entre el oficialismo y la oposición.

Los senadores de la Nueva Mayoría -junto con reconocer que la situación es "preocupante, pero no es una crisis económica"-, pusieron sus fichas en el impacto de los factores externos (principalmente China) en el Producto, mientras que la oposición -a la par de advertir un escenario manifiestamente "negativo"- plantearon que el gobierno debe sincerar cuánto se ha mermado la actividad producto de la discusión de algunas reformas, como la tributaria y la laboral.

El senador de la DC Ignacio Walker abrió los fuegos, argumentando que el informe "confirma" que el país debe "cuidar" su estabilidad macroeconómica y fiscal, y señaló que el país está "preparado" para afrontar una crisis similar a la asiática a fines de los '90.

"Ahora, tenemos que generar un ambiente de buen clima para la inversión privada", afirmó Walker.
A continuación, el RN José García fue tajante: "Sin duda, hay malas noticias para Chile". Ante esto, enfatizó que la economía está creciendo "menos de lo esperado" con una inflación "que va al alza", por lo que consultó a Vergara cómo afectará la reforma laboral el crecimiento de tendencia.

En la misma línea, el senador de la UDI Juan Antonio Coloma calificó como "grave" la posibilidad de que las expectativas de crecimiento continúen cayendo, como lo advirtió Vergara en su presentación.

"Estamos con un problema severo. La economía se chantó. Y tenemos que hablar con franqueza: la crisis en China no es la principal causa de la desaceleración", lanzó.

Su emplazamiento encontró rápida respuesta en el senador DC, Andrés Zaldívar: "La desaceleración en China comenzó hace mucho tiempo. Es bueno hacer el análisis con realismo, pero sin hacer exageraciones. El problema no sólo es interno, sino también global. Somos una economía abierta y estamos expuestos a riesgos mayores".

El senador PPD Ricardo Lagos Weber fue más duro con la oposición y criticó que algunos senadores dijeran "con una sonrisa en la cara" que el IPoM trae noticias "negativas" para la economía. "No deben hacerse las lecturas que más le convengan", sostuvo.

Punto fue recogido por el senador gremialista Hernán Larraín, para quien "estamos estancados y en un ciclo económico de mediocridad".

"Es una ceguera pensar que los factores internos, como las reformas, no están impactando en la economía", señaló el timonel de la UDI.


Se acabó la pacienciaImagen foto_00000004Luis Óscar Herrera,
Economista Jefe para la Región Andina Banco BTG Pactual

El Banco Central sorprendió con un IPoM muy noticioso. La principal sorpresa: mostró su disposición a subir la tasa de política en el corto plazo para enfrentar el aumento de las proyecciones inflacionarias. Aunque este giro ya se podía leer entrelíneas en la última minuta de política monetaria, el mensaje se oyó fuerte y claro.

El IPoM revisó las perspectivas para la inflación significativamente al alza. Más importante, el banco espera una convergencia mucho más lenta el próximo año y que su normalización al 3% sólo ocurrirá entrado 2017. Dos factores influyeron en esta revisión: la significativa depreciación del peso (14% frente al IPoM de junio), y una visión más modesta de la brecha Producto efectivo-potencial, ahora estimada entre 0 y -1%. Esta reevaluación de la brecha refleja un importante recorte de la estimación de crecimiento potencial, afectado por un menor PIB de tendencia de mediano plazo y los costos transitorios de movilizar recursos productivos desde los sectores no transables a los transables.

Todo esto explica que pese al bajo dinamismo de la economía nacional, las presiones deflacionarias provenientes de la brecha Producto no compensan las inflacionarias de la depreciación del peso.

Sobre el futuro de la política monetaria, el escenario base supone que la tasa seguirá una trayectoria en línea con los precios de mercado, lo que implica tres alzas de 25 puntos base en los próximos 12 meses y otras dos en el siguiente año.

El presidente del BC mencionó que en el escenario más probable la normalización monetaria se iniciará antes de fines de año o principios del próximo, mostrando su disposición a actuar desde ya.

Con esta información, el aumento de la tasa de política en los próximos seis meses parece casi seguro. En el corto plazo, los riesgos alcistas para la inflación son significativos y el Central ya mostró sus cartas, por lo que ante nuevas sorpresas en esta variable, el tipo de cambio o las expectativas, se vería obligado a actuar.

Sin embargo, "la ópera no termina hasta que canta la gorda". Hablar duro en el Congreso mostró resultados inmediatos: ayer las tasas de mercado subieron y el peso se apreció levemente, haciendo caso omiso a los malos datos de China, la caída de precios de las materias primas, el aumento de las primas de riesgo y la devaluación de las monedas emergentes. Ante una mejora del escenario externo, el peso podría apreciarse aún más y las amenazas de restricción monetaria podrían posponerse de nuevo, como en el segundo trimestre de este año.

Recordemos que la economía chilena continúa expandiéndose por debajo de su potencial, el Presupuesto de 2016 será restrictivo y el choque negativo de términos de intercambio mantendrá acotado el crecimiento en Chile. Así, si el BC puede evitar endurecer la política monetaria, lo hará. La diferencia ahora es que la paciencia se ha terminado, por lo que cualquier sorpresa adversa en la inflación va a encontrar una respuesta inmediata de la política monetaria. El Central tiene el dedo en el gatillo y está listo para disparar.

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