Otra reforma a la reforma.
El economista Bernardo Fontaine, creador el año pasado de la plataforma "Reforma la Reforma" que terminó influyendo fuertemente en los cambios tributarios, hoy tiene toda la atención puesta en las modificaciones impulsadas por el Ejecutivo al mercado laboral.
Para el economista, esta reforma es clave, ya que plantea que terminar con una mala ley laboral será más difícil de revertir que cambios al sistema tributario.
Por esto, Fontaine llama a los parlamentarios a tomarse el tiempo necesario para elaborar una buena legislación, tomando las lecciones que dejó la reforma tributaria y con especial atención a lo que plantean los técnicos, incluso de la propia Nueva Mayoría, algunos de los cuales ya han alertado sobre los problemas de algunas modificaciones. En este sentido, hace especial hincapié en mantener el reemplazo en huelga, ya que compensaciones como aumentar los servicios mínimos no son un instrumento adecuado.
- ¿Qué le pareció que la semana pasada se aprobara en el Senado la idea de legislar la reforma laboral?
- Era esperable, y de hecho creo que es importante hacer una reforma laboral. Pero lo importante viene ahora, con la discusión en detalle de los distintos artículos y ahí lo que uno espera es que en definitiva el ministro Valdés debe cuidar que la reforma laboral no sea un traje a la medida para la CUT, ni un traje a la medida para los empresarios.
- ¿Recae en el ministro de Hacienda la responsabilidad de lograr una buena reforma?
- Así es. Él es la figura principal sobre la cual recae la responsabilidad de mejorar esta ley. Esta es la gran prueba que tiene el ministro Valdés para demostrar que efectivamente va a enderezar el flujo de la economía, ya que la situación económica no está para ensayos. Todos los expertos del mundo están diciendo que frente a momentos económicos de incertidumbre y frente a la crisis que viene desde China, necesitamos un mercado laboral flexible donde los trabajadores puedan moverse de un trabajo a otro y donde haya hartas oportunidades de empleo.
- ¿Lo que se haga en la reforma laboral será una señal entonces para retomar la confianza de los agentes económicos?
- Los ministros tienen que sacarnos de la zanja donde estamos y la reforma laboral es una gran oportunidad de reimpulsar el crecimiento y de demostrar que este gobierno empieza a corregir rumbo. Ahora si el gobierno se somete a la CUT seguirá siendo un gobierno débil, donde el que no llora no mama.
- ¿Ve al ministro en control de la discusión o es la CUT la que tiene el sartén por el mango?
- No lo sé, él es un ministro muy capaz y está participando muy activamente en la discusión. Desconozco cómo es el proceso interno, pero a mi juicio lo importante es que ha dicho que se requiere una reforma laboral equilibrada, pero es hora que se defina, qué es lo que entiende él por equilibrada y evidentemente la huelga sin reemplazo es desequilibrante, porque daña a los ciudadanos, a los consumidores, a los trabajadores que no están en huelga y a las pymes. Creo que el ministro ha sido muy eficaz, honesto y ha actuado con gran capacidad para demostrar que el crecimiento económico es una prioridad y está en peligro hoy. Por esto, necesitamos mejorar la elaboración de las reformas para que no dañen el crecimiento. Pero necesitamos que el ministro ya muestre señales concretas de su intervención y que el gobierno mejore la calidad técnica de las reformas.
- ¿Cree que se sacaron lecciones de la reforma tributaria en cuanto al diálogo necesario para sacar adelante una reforma?
- Ha habido más diálogo, pero no necesariamente apertura. Y sigue el gobierno legislando sin estudios. Aquí no ha habido ningún solo estudio del gobierno que muestre las consecuencias de la reforma laboral, por ejemplo en términos de empleo, en términos de inflación, en términos de la competitividad de nuestras exportaciones o de la industria nacional versus los importados, respecto del crecimiento económico, o respecto de su eventual efecto en la desigualdad. Y tenemos también que se sigue legislando en base a consignas. Por ejemplo, se dice que un fortalecimiento de la negociación colectiva mejora necesariamente la desigualdad, pero no hay ningún estudio que diga eso.
- Entre los árticulos más discutidos estará el tema del reemplazo interno en huelga. Incluso desde el oficialismo plantean compensar una prohibición a estos ampliando los servicios mínimos. ¿Por dónde debería decantar esta discusión?
- Ahí hay otra falsedad que se ha afirmado: que la huelga efectiva necesita eliminar el reemplazo. El propio ex ministro Alejandro Foxley ha planteado que 24 de 25 países OCDE permiten el reemplazo interno, y que las huelgas en esos países siguen siendo efectivas. Lo mismo han dicho economistas de la NM como Andrea Repetto, Eduardo Engel y otros. Se está empezando a crear un consenso técnico dentro de economistas, abogados, expertos que son parte del corazón de la NM de que es necesario el reemplazo interno. Ahora los servicios mínimos no sirven, y no sirven porque tal como está planteada la reforma requieren un acuerdo del sindicato, de la intervención de Dirección del Trabajo o finalmente de un juez para establecer cuál es el servicio mínimo para cada empresa en cada ocasión y eso a mí me parece una suerte de Transantiago.
-¿Es impracticable?
- Pensemos por ejemplo el caso del Metro. Todos queremos que los conductores del Metro tengan buenos sueldos, pero no es justo que si ellos se van a huelga se paralice el Metro y más de 2 millones de chilenos se queden sin transporte. Entonces, ¿cuál es el servicio mínimo ahí? El único servicio mínimo es que el Metro funcione entero, al 100%, porque no sirve que funcione un tren cada hora. ¿Cómo se hace con los salmones? No se puede alimentar salmón por medio, o se alimentan todos o no se alimentan. Entonces la definición de los servicios mínimos es imposible. Cada empresa tiene un área que es el corazón de la empresa y, si esa paraliza, paraliza toda la empresa, entonces ¿cómo se definen los servicios mínimos caso a caso? Sería una judicialización enorme que sería impracticable.
- ¿Anticipa con esto mayor espacio para conflictos entre sindicatos y empresas?
- Esto no está bien resulto y lo que esta ley hace es precisamente fomentar el conflicto, porque deja al sindicato muy poderoso, y está bien que el sindicato tenga fuerza, estoy de acuerdo con que hay que empoderarlo más, pero no al extremo desequilibrante que establece la reforma. Con esto tendremos un sindicato muy exigente, con toda razón defendiendo los intereses legítimos de sus trabajadores, pero otra parte, el empleador como va a estar afectado más a esta condición del piso previo -que lo persigue hasta el infinito-, va a ser más cuidadoso en lo que ofrece. Entonces las posiciones se distancian por virtud de la reforma y eso va a incrementar el número de huelgas. Y obviamente la huelga es legítima, pero no queremos una ley que fomente el conflicto, queremos una ley que fomente la solución.
- También se plantea modificar los plazos para los descuelgues de la huelga...
- Algo está mal en la reforma. Esta reforma se supone que es para darle derechos a los trabajadores sindicalizados y hoy ellos tienen el derecho a descolgarse, a volver a trabajar cuando quieran, después de 15 o 30 días de huelga, lo cual parece muy lógico porque pensemos que esos trabajadores no están recibiendo remuneración, en cambio la reforma lo que hace es prohibirles ese derecho. Eso es muy contradictorio con la idea de darle más derecho a los trabajadores. Ha habido comentarios, pero muy poca claridad, nada concreto sobre lo que efectivamente el gobierno va a modificar.
cAMBIOS A LA REFORMA TRIBUTARIA
- ¿Cómo evalúa las modificaciones legales anunciadas por el ministro de Hacienda a la reforma tributaria y cuyo texto se enviaría en las próximas semanas al Parlamento?
- Los cambios que presenta el ministro son positivos y hay que reconocerle que se haya atrevido a arrinconar definitivamente la renta atribuida, que conceptualmente era parte del programa de gobierno. Y, por tanto, son simplificaciones que son valiosas. También la aclaración respecto a la aplicación del IVA es correcta, pero estas correcciones no son la reforma a la reforma tributaria, porque no enmiendan los problemas principales que tiene la reforma.
- A la vista de los multiples problemas de la reforma tributaria -reconocidos por el propio gobierno- ¿Fue un error el acuerdo alcanzado en la materia el año pasado?
- Lo que se hizo en la mesa técnica fue corregir sustancialmente la reforma original presentada por el gobierno y aprobada irresponsablemente por la Cámara de Diputados. Sólo como ejemplo, recordemos que esa reforma establecía un 35% de impuesto a la utilidad de las empresas y el acuerdo tributario estableció que ese impuesto puede ser 27% cuando se reinvierten las utilidades. El acuerdo estableció una reforma mucho mejor que la original pero no una buena reforma, la reforma siguió siendo compleja y siguió teniendo errores importantes, algunos de los cuales sobreviven hoy, incluso con las correcciones planteadas.