El proyecto de reforma laboral cumple mañana nueve meses desde que ingresó al Congreso y el debate entre dirigentes sindicales y empresariales -dentro y fuera del Parlamento- ha sido acalorada.
Sin embargo, ayer la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) hizo un llamado a la tranquilidad, reconociendo que respecto al punto de derechos colectivos, eje de la iniciativa actual, probablemente se tendrán profundas diferencias con el mundo privado, pero no por eso "se va a acabar el mundo".
En esa línea, destacó que en el ámbito del trabajo no se juntan solamente a discutir por reforma, sino temas relativos a salario, capacitaciones en diversas instancias tripartitas (CUT, CPC y gobierno), resaltando que en materias laborales más allá del derecho colectivo hay espacio para un diálogo mayor.
"Es obvio que vamos a vivir momentos de tensión en este debate. Espero que esto se resuelva luego sí, en eso concuerdo plenamente con el llamado a las certidumbres que se ha hecho, necesitamos tener reglas claras pronto, porque sino vamos a estar en este debate hasta el próximo año y bueno, eso lo único que va a hacer es generar tensión", postuló la dirigenta sindical en el marco de Percade 2015.
De acuerdo a Figueroa, primero se deben resolver las materias dispuestas en el actual proyecto de ley para que luego se pase a otros debates, como la búsqueda de un mejor modelo de formación para la vida y el trabajo, o la política de seguridad y salud en el trabajo, donde cree con seguridad que existiran "hartos puntos de encuentro".
"En ese sentido, soy más bien optimista. Sé que estos debates van a ser acalorados en esta etapa (...), pero una vez que se haya cerrado, espero que todos cerremos filas y nos pongamos a pensar en el país. Todos esperamos que a los países les vaya bien, ese es el desafío y en eso es en lo que deberíamos estar todos comprometidos mañana", manifestó.
Desigualdad
A pesar de esta muestra de mayor apertura al diálogo, la presidenta de la CUT aprovechó la oportunidad de defender su postura respecto a la reforma laboral y la importancia de ésta en la lucha contra la desigualdad.
"Necesitamos que los sindicatos no sean de papel, sino sindicatos que asuman derechos y deberes", enfatizó.
En esa línea, defendió el piso mínimo en la negociación y una huelga efectiva, pero con servicios mínimos.
"Así como queremos garantizar un derecho fundamental (la huelga), no pretendemos con eso violentar a la empresa y que ésta deje de existir, porque eso sería el peor de los mundos para todos", expresó la dirigente.