Después de casi cinco meses de que Ramiro Mendoza dejara la Contraloría, el gobierno aún no define al reemplazante. Muchos nombres han surgido y desaparecido con igual rapidez, pero el del asesor del Ministerio de Vivienda, Enrique Rajevic, es el que por estos días corre con mayor ventaja. Algunos incluso se atreven a aventurar que este nominado por el mismísimo ministro del Interior Jorge Burgos -quien estaría a cargo de sacar adelante el tema-, sería el que cuenta con un respaldo mayoritario dentro del oficialismo.
Rajevic, cercano a la DC, fue director jurídico del Consejo para la Transparencia y contaría con la experiencia técnica para el cargo, y aunque su nombre recién está siendo socializado desde el gobierno, en la Nueva Mayoría admiten que tras la caída de propuestas como la asesora de Hacienda, Macarena Lobos, y de Jorge Correa Sutil, es el que corre con ventaja en el sector. En la oposición, aún no se pronuncian.
Si bien el proceso ha sido lento y complicado, en el Ejecutivo están conscientes de que debe solucionarse lo antes posible, ya que la Comisión de Constitución del Senado ya notificó al gobierno de que el tema debe estar resuelto antes de que se deba analizar el reemplazo del actual fiscal nacional, Sabas Chahuán; por lo que idealmente el nombre del nuevo contralor tendría que resolverse la primera semana de septiembre.
La premura tiene que ver también con la preocupación que existe en el mundo político acerca de que la contralora subrogante, Patricia Arriagada, estaría sólo administrando el organismo, pero no tomando resoluciones cruciales, como la toma de razón del reglamento que pone en vigencia la nueva Ley de Educación que elimina el lucro.
Por otra parte, ha costado llegar a acuerdo con la oposición, que fue la que vetó el nombre de Lobos por estar demasiado relacionada con la actual administración. En el caso de Correa Sutil, en la derecha admiten que es un buen nombre, pese a que también argumentan que es muy cercano al gobierno del ex presidente Lagos, por lo que no concita respaldo unánime en el sector.
En medio de este prolongado proceso, en la DC no se hacen cargo del nombre de Rajevic aún cuando reconocen que es un buen candidato para suceder a Mendoza. El temor del falangismo es que en estos días se reproduzca el escenario que ha afectado a los otros nominados: que su nombre se caiga antes de poder buscar un acuerdo con la oposición.
De hecho, en la Nueva Mayoría está la sensación de que "para quemar un nombre sólo hay que hacerlo público". De ahí que el titular de Interior, que tomó en sus manos la negociación pese a que originalmente debió llevarla su par de la Segpres, Nicolás Eyzaguirre, esté realizando consultas con el máximo de cautela y discreción, para asegurar que su candidato pueda contar con el respaldo de la Alianza en el Senado.
Por lo pronto, Burgos tiene aún unos pocos días para avanzar en las negociaciones, a pesar de que -como aclaran en la NM- por ahora está de lleno enfocado en solucionar el problema con los camioneros.