Hasta el viernes próximo se extenderá la visita que realizará la delegación de la Comisión Nacional de la Productividad (CNP) a Nueva Zelanda y Australia, con el fin de conocer los modelos que sirvieron para la creación de la instancia local.
La comitiva, presidida por Joseph Ramos, partió ayer sus actividades en Nueva Zelanda y lo acompañan el vicepresidente, Raphael Bergoeing, el consejero Carlos Álvarez y el secretario ejecutivo, Alfie Ulloa.
Además de los encuentros de rigor con las autoridades y sus pares de ambos países, se discutirá sobre iniciativas clave como el rol de la economía agrícola en la productividad y revisar los programas y evaluaciones utilizadas a la hora de diseñar las políticas públicas.
Australia enfrentó el reto de ser más eficiente e impulsar políticas en esa línea hace más de 30 años y Nueva Zelanda desde 2011. ¿Qué ha significado esta experiencia?
El titular de la comisión australiana, Peter Harris, explica que su trabajo inicial consistió en buscar la forma de reducir los subsidios a las empresas, pero que ahora el foco es mejorar la participación de la fuerza laboral (mediante asuntos como el cuidado infantil), las relaciones laborales (fomentando mayor flexibilidad en los sueldos) y la inversión en infraestructura (como manera de elevar la productividad).
"Los beneficios de los cambios realizados en las últimas décadas por la comisión han aumentado el PIB de Australia significativamente, sobre una base continua y ha contribuido al registro ininterrumpido de 24 años sin una recesión, un récord mejor que el de cualquier economía desarrollada", dice.
Esta comisión, a su vez, sirvió como modelo para su par de Nueva Zelanda, donde indican que trabajan de acuerdo a los temas solicitados por el gobierno pero de una manera transversal. Entre los temas que han trabajado en sus primeros cuatro años destacan acceso a la vivienda, los costos de transporte de carga internacional y la creación de Centros de Productividad, donde se identifican los vacíos que deben llenarse en esta materia.
Como grafica el presidente de la comisión neozelandesa, Murray Sherwin, hay mucho trabajo por delante, ya que si bien las políticas aplicadas en su país son algunas de las mejores en la OCDE, "nuestra productividad está 20% por debajo del promedio y 40% por debajo de lo que debería estar".
Además, resalta que es complicado dimensionar un impacto de manera tan temprana, ya que la comisión realiza sugerencias al gobierno, quien luego debe implementarlas y "puede que tome un tiempo ver los efectos de ello en la productividad". "Sin embargo, el gobierno nos ha respondido hasta ahora 5 de nuestros 6 estudios finalizados, y ha aceptado la mayoría de nuestras recomendaciones", acota.
Desafíos y recomendaciones
Tanto en el caso de Australia como de Nueva Zelanda, el trabajo de la Comisión de Productividad no ha estado exento de obstáculos. "A veces, la crítica pública de nuestras recomendaciones puede ser muy fuerte", explica Harris, principalmente por los efectos de los cambios en el mercado laboral a raíz de los ajustes en el sector privado.
"Sin embargo, siempre hemos utilizado los mejores datos económicos y sociales para mostrar cómo otros países han aplicado con éxito estas políticas o cómo los datos demuestran que los cambios tendrán beneficios para la economía en general, incluso si existen costos temporales en algunas regiones o empresas", sostiene.
Sherwin, en tanto, subraya que la amplia variedad de temas que ha abordado la comisión los ha llevado a tener que contratar personas expertas en la materia para generar una investigación acorde a los desafíos.
Respecto al camino que se debería seguir en Chile, el presidente de la comisión australiana es claro: cada país es diferente en recursos, habilidades y la expectativa de la sociedad hacia el futuro, factores que a juicio de Harris "deben tomarse en cuenta".
Sin embargo, ve un denominador común para que las reformas sean exitosas y es que el Poder Ejecutivo permita el análisis. "Los grupos que se oponen al cambio siempre intentarán presionar a los gobiernos para que cierren el debate, pero es solo a través de la discusión pública que una comunidad puede comenzar a entender lo que está siendo propuesto. No es fácil hacerlo, pero la experiencia de Australia demuestra que funciona", plantea.
Para Sherwin, tener comisionados que entiendan cómo funciona el sistema político y sean respetados en su campo es importante y agrega que tener una mezcla de personal permanente y temporal "puede ser una manera de asegurarse que la comisión pueda responder a los nuevos temas con facilidad".
Además, cree que es fundamental la independencia para poder ofrecer un asesoramiento objetivo. "En Nueva Zelanda tenemos una legislación específica que garantiza nuestra independencia, así como un financiamiento adecuado, y los protocolos operativos, pero también es importante equilibrar el trabajo producido para asegurar que es interesante, basado en la evidencia y relevante para las políticas públicas", concluye.