DF Lab Opinión/ Agentes de IA y la revolución del futuro del trabajo y los negocios
"¿Qué es un agente de IA? Es una entidad digital que ejecuta tareas específicas de manera autónoma, aprendiendo y adaptándose con el tiempo".
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Recientemente, participé en la misión Amcham de Inteligencia Artificial a Estados Unidos. Me sorprendió ver que los ingenieros éramos minoría; la mayoría eran profesionales de las ciencias sociales y humanidades, lo que refleja la transversalidad de la IA hoy en día. Durante la misión, conversamos con líderes de NVIDIA, Microsoft, Google, AWS, Oracle, IBM, Salesforce y las Universidades de Washington y Stanford. Un concepto clave que surgió repetidamente fue el de agente de IA.
Pero, ¿qué es un agente de IA? Es una entidad digital que ejecuta tareas específicas de manera autónoma, aprendiendo y adaptándose con el tiempo.
Algunos ejemplos incluyen a LinkedIn. Su primer agente de IA maneja tareas de reclutamiento, desde convertir notas en ofertas de trabajo hasta buscar candidatos y entablar conversaciones.
Otro caso es Salesforce. Einstein, su agente de IA, ayuda con análisis predictivos, conocimientos sobre clientes y respuestas automatizadas de servicio al cliente.
En tanto, Tesla presentó su sistema Autopilot, que asiste en tareas de conducción como el mantenimiento de carril y el control de crucero adaptativo, con el objetivo de lograr capacidades de conducción autónoma completa.
Los agentes de IA se están volviendo más sofisticados, capaces de manejar tareas complejas y tomar decisiones autónomas en diversas industrias. Ya están aquí, haciendo una diferencia, por lo que es crucial reflexionar sobre sus implicancias y cómo nos preparamos para el futuro.
Me atrevo a anticipar dos cambios.
El primero, nuevos organigramas que incluirán tanto personas como agentes de IA. Un gerente podría tener tres reportes humanos y dos agentes de IA.
Y segundo, nuevos modelos de negocio, como el B2A (Business to Agent), A2C (Agent to Consumer), o incluso A2A (Agent to Agent).
Ante este escenario de cambio que se intensificará en 2025, debemos preguntarnos: ¿cómo nos preparamos? ¿Esperamos y copiamos, o aprendemos y experimentamos? Estas son preguntas cruciales para los líderes del país, especialmente los directores, quienes debemos vislumbrar el futuro, y asegurar la competitividad y sostenibilidad de nuestras compañías.