El primer ministro francés, François
Fillon, aseguró hoy que no habrá nuevas medidas sociales del
Gobierno pese a las protestas de más de un millón de personas en el
país, e hizo un llamado a la unidad para afrontar "una crisis
exterior".
"Los franceses deben entender que frente a una crisis exterior
tan grave, lo importante es la unión de los franceses, no la
división. La oposición, que trata de dividir a los franceses, no
ayuda al país", dijo el jefe del Ejecutivo en la televisión TF1.
Tras afirmar que entiende los problemas que atraviesan los
franceses, Fillon afirmó que "la movilización (en la calle) no
resolverá los problemas de una crisis mundial".
El primer ministro descartó nuevas medidas sociales pese al
"éxito" que reivindicaron los sindicatos en la segunda jornada de
huelga general en menos de dos meses, en las que participaron tres
millones de personas, según sus cifras, 1,2 millones según las de la
policía.
Fillon aseguró que el Ejecutivo ha adoptado las medidas para
superar de la mejor forma la crisis económica, recordó el plan
social de 2.600 millones de euros anunciado en febrero pasado y
afirmó que no puede aumentarse el déficit público.
"El Gobierno ha duplicado su déficit este año. No podemos ir más
allá porque sería malo para el futuro y porque no favorecería la
recuperación económica", afirmó el primer ministro.
El jefe del Ejecutivo indicó que el plan de relanzamiento
económico puesto en marcha por su gabinete "comienza a dar sus
frutos", aseguró que se han salvado muchos empleos y que se ha
favorecido la continuidad de muchas empresas.
Las medidas del Ejecutivo, dijo Fillon, permitirán que la
economía francesa se acelere cuando acabe la crisis "a finales de
2009 o principios de 2010".
El primer ministro también criticó a los empresarios que se
niegan a moderar sus salarios y anunció que, en caso de que no lo
hagan de forma conjunta antes del próximo día 31, preparará una ley
para obligarles a hacerlo.