El presidente de EE.UU., Barack Obama,
defenderá esta noche en televisión su ambicioso presupuesto para la
nación de US$ 3,6 trillones (millones de millones), que permitirá sacar al país de la
recesión y evitará otra crisis similar en "10 ó 20 años".
Obama considera que el presupuesto permitirá "invertir en
energías renovables, crear nuevos empleos, nuevos negocios y
depender menos del petróleo extranjero", según consta en el extracto
que difundió la Casa Blanca de la declaración que el presidente
leerá esta noche, en horario de máxima audiencia.
"El presupuesto que he enviado al Congreso sustentará la
recuperación de nuestra economía sobre cimientos más sólidos, de
manera que no tengamos que enfrentarnos a otra crisis como esta en
10 ó 20 años", afirma el presidente en su declaración, y
posteriormente se dará un espacio para las preguntas de los
periodistas.
Obama explica su apuesta por fomentar la educación y la formación
de los estadounidenses, y por reducir el costo sanitario de las
familias, y todo ello sin agrandar el déficit presupuestario de la
nación, que el presidente quiere reducir a la mitad al término de su
primer mandato.
Son reformas que, en su opinión, permitirán "sentar las bases de
una prosperidad segura y duradera".
"Al fin y al cabo, la mejor manera de recortar el déficit a largo
plazo no es manteniendo las mismas políticas de siempre, de deuda
masiva y poca prosperidad. Es con un presupuesto que nos permita
pasar de la era del gasto y los préstamos, a la era de los ahorros y
la inversión".
Obama mostrará de nuevo su confianza en que la nación "se
recuperará de esta recesión", si bien se requerirá "tiempo y
paciencia".
La de hoy será su segunda conferencia de prensa formal desde que
llegó a la Casa Blanca el 20 de enero.
Obama se ha embarcado en los últimos días en una campaña de
defensa de sus planes económicos, lo que lo ha llevado a convocar
reuniones con ciudadanos de a pie, con preguntas y respuestas, y
también a participar en varios programas de televisión.
El presidente quiere limar las resistencias que su presupuesto ha
encontrado en el Congreso, no sólo entre la oposición republicana
sino también entre legisladores demócratas moderados, que temen el
efecto que la medida pueda surtir en el abultado déficit fiscal
estadounidense.
La intervención también llega después de que el Departamento del
Tesoro presentara el lunes su plan para los activos tóxicos
bancarios, uno de los principales problemas que lastran el sistema
financiero.