Economía

Brasil da más señales de debilidad: economía sufre su mayor contracción en nueve meses

Analistas además redujeron estimaciones de crecimiento para este año y el próximo. En conjunto, las estadísticas son la señal más reciente de las dificultades que enfrenta Jair Bolsonaro.

Por: María Gabriela Arteaga | Publicado: Martes 16 de abril de 2019 a las 04:00 hrs.
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Tras más de 100 días del gobierno de Jair Bolsonaro, la economía de Brasil no logra terminar de repuntar y, más bien, sigue enviando señales de debilidad.

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Aunque ayer la bolsa subía por la expectativa de la discusión en el Congreso de la reforma de pensiones y un escenario externo más favorable a los activos de riesgo, la actividad en los sectores de la agricultura, industria y servicios seguía desacelerándose al punto de registrar, en febrero, la mayor contracción en nueve meses.

El Índice de Actividad Económica (IBC-Br), que es publicado por el banco central y considerado un termómetro para anticipar la tendencia del Producto Interno Bruto (PIB), se redujo en febrero un 0,73% frente a enero cuando ya había caído 0,31%.

El dato refuerza además las preocupaciones de los analistas, quienes proyectan un retroceso del PIB para el primer trimestre. “Los indicadores de actividad económica conocidos hasta el momento siguen sugiriendo una leve caída del 0,1% del PIB en el primer trimestre de este año”, afirmó en una nota Bradesco, el segundo mayor banco privado de Brasil y de América Latina.

De hecho, por séptima vez consecutiva, los expertos redujeron la estimación de expansión de la mayor economía sudamericana para este y el próximo año.

En conjunto, las estadísticas son la señal más reciente de que Bolsonaro sigue encontrando problemas para retomar el crecimiento, que se ha visto impactado durante meses por el alto desempleo, el debilitamiento de las inversiones y niveles de confianza que no consiguen estabilizarse, particularmente por las trabas legislativas que ha conseguido el proyecto de ley que busca controlar la deuda mediante la reducción de los gastos de pensiones.

Actividad en detalle

Aunque la cifra de ayer supone el peor resultado mensual desde mayo de 2018 -cuando retrocedió 3,1% como consecuencia de la huelga camionera que paralizó al país durante 11 días-, el banco central de Brasil detalló que si se compara con el mismo mes del año pasado, la actividad económica de la nación se expandió 2,49% en febrero, mientras que en el primer bimestre de 2019 avanzó 1,66% frente al mismo periodo de 2018.

En cuanto al acumulado de 12 meses, el indicador subió 1,21%.

PIB a la baja

El escenario económico para Brasil sigue siendo de lentitud y de debilidad especialmente respecto del mercado laboral, que cuenta con cerca de 13 millones de desempleados.

Según el último boletín Focus, publicado ayer –una encuesta realizada a más de un centenar de instituciones financieras del país-, los analistas volvieron a revisar a la baja su previsión de expansión del PIB tanto para 2019 como para 2020.

Para este año, el dato fue modificado desde un 1,97% a un 1,95%, mientras que la expectativa de inflación pasó de 3,9% a 4,06%, aún dentro de la meta fijada por el gobierno.

En tanto, para 2020, el mercado prevé que la economía avanzará 2,58%, frente al 2,7% que se estimaba hace casi dos semanas.

Pero ya el dato había venido sufriendo sucesivas reducciones y se teme que puedan continuar, debido a las trabas que ha conseguido el texto de la reforma previsional en la Cámara de Diputados, que apuntan sea aprobado en el tercer trimestre de este año y no antes como había sido planificado.

A inicios de marzo, poco después de que el gobierno de Bolsonaro presentó ante el Legislativo su proyecto de ley, los analistas apuntaban a que el país crecería 2,8%, siendo esa la estimación más alta de los últimos meses.

La semana pasada, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectaba que el gigante sudamericano crecerá 2,1% en el año en curso y 2,5% el próximo. El banco central de Brasil estima 2%.

El gigante amazónico terminó el año 2018 con un alza de 1,1% en su PIB, un crecimiento similar al de 2017, pero muy por debajo de las expectativas iniciales del mercado.

Salario atado a la inflación

En medio de este panorama, Bolsonaro propuso ayer un nuevo valor del salario mínimo que sea corregido sólo por la inflación, sin la posibilidad de un aumento real.

En la práctica, la medida -que depende de la aprobación del Congreso- prevé que el piso de los salarios sea de 1.040 reales (US$ 286,61) desde enero de 2020, lo que representa una corrección de 4,2% frente a la estimación de la variación de la inflación.

También se fijó el monto para 2021 y 2022, por lo que no habría cambios de fondo durante el resto de la gestión de Bolsonaro, si se cumplen las proyecciones de alza de precios y PIB.

La decisión deja sin efecto las políticas de aumento de salario real de los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) y podría traducirse en un respiro en las cuentas públicas para el Ejecutivo, ya que contempla el reajuste automático de los beneficios de seguridad social.

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