El Producto Interior Bruto (PIB) de
América Latina registrará una caída del 0,6% en 2009,
según previsiones del Banco Mundial (BM), que adelantó hoy la
vicepresidenta para la región del ente, Pamela Cox.
Esta previsión, actualizada a final del mes de marzo, supone un
descenso de tres décimas con respecto al anterior cálculo del BM,
que databa de febrero.
El BM alertó también que el flujo de inversión privada va a
registrar una caída del 89%, desde US$ 80.000 a US$37.000
millones.
"Existe un vacío muy fuerte en el área de inversiones, no es
posible que el BM lo rellene, pero espero que la acción del Banco
suponga una ayuda para completar los recursos públicos de los
gobiernos de la región", dijo Cox a Efe, en el marco de la cuarta
edición latinoamericana del Foro Económico Mundial.
Según Cox, todos los gobiernos de la región han experimentado en
estos meses de crisis una acentuada caída de la recaudación de
impuestos y todos sus ingresos, a raíz de la crisis, lo que preocupa
especialmente al BM por sus posibles efectos en las políticas
sociales.
La directora detalló que en este año fiscal, que termina el mes
de junio, el BM ha elevado su volumen de préstamos a la región de
US$ 5.000 millones a US$ 14.000 millones.
"El papel del BM y de otros bancos regionales es invertir en el
desarrollo a medio plazo, en áreas como educación, infraestructura y
salud", comentó Cox.
La funcionaria aseguró que en los próximos años el Banco tendrá
"espacio suficiente" para prestar en todo el mundo hasta US$ 100.000
millones, volumen que triplica al que va a emplear en
este año, aunque reconoció que este cálculo variará dependiendo de
"cuántos años" dure la crisis.
"El impacto de la crisis es diferente en cada país de América
Latina. La respuesta depende de cada uno de ellos. México, América
Central y el Caribe tienen relaciones muy fuertes con la economía
estadounidense y para alcanzar la recuperación dependen de las
políticas económicas de Estados Unidos", relató.
Consideró que el caso más grave es el de México, por su estrecha
relación con la economía de su vecino del norte y por el impacto de
la caída de las remesas.
Sin embargo, fue optimista en relación a los países de
Centroamérica y el Caribe, que ahora pueden respirar por el descenso
de los precios de los alimentos y el petróleo, que el año pasado
"habían impactado mucho los costes".
En el caso de Sudamérica, destacó que Brasil, Argentina, Chile o
Perú tienen mercados más diversificados y relaciones de comercio más
amplias, por lo que no sufrirán un "impacto tan fuerte".