El presidente de la Reserva Federal,
Ben Bernanke, reconoció dijo hoy que su agencia "no tuvo otra
opción" que socorrer a las grandes firmas financieras, y se mostró a
favor de vigilar más de cerca las bonificaciones de los directivos.
En una conferencia de banqueros en Phoenix, Arizona, Bernanke
dijo que las políticas de compensación de directivos, "pobremente
diseñadas, pueden crear incentivos perversos y poner en peligro la
salud de una organización bancaria".
El Congreso de EE.UU. tiene sobre la mesa un proyecto de ley que
aplicaría un impuesto especial y oneroso a las bonificaciones
pagadas a los ejecutivos de empresas financieras y de seguros que
han recibido cientos de miles de millones de dólares en socorro del
Gobierno federal.
La versión aprobada por el Senado implicaría que los altos
directivos tendrían que devolver el 90% del importe de sus
primas vía impuestos.
Bernanke ya estaba al frente de la Reserva Federal cuando en
octubre pasado se llevaron a cabo las negociaciones sobre el socorro
a empresas financieras, en las cuales no se limitaron las
bonificaciones para los ejecutivos de las firmas.
El actual secretario del Tesoro, Tim Geithner, presidía el Banco
de la Reserva Federal de Nueva York, y fue también uno de los
artífices de este plan.
Bernanke instó hoy a los banqueros a que operen con prudencia y
no permitan que el temor controle sus decisiones sobre préstamos.
La mayoría de los bancos participantes en la conferencia de
Phoenix tiene menos de US$ 1.000 millones en capital.
"La profundidad y complejidad de los problemas que afectan a los
mercados e instituciones financieras desde el verano (hemisferio
norte) de 2007 han llevado a la Reserva Federal a la adopción de
medidas innovadoras y extraordinarias encaminadas restablecer la
estabilidad de los mercados y apoyar el flujo de crédito a las
empresas y los hogares", afirmó.
La Reserva "evalúa continuamente la eficacia de sus herramientas
relacionadas con el crédito", afirmó y agregó: "hasta ahora, en
general, nos sentimos alentados por las respuestas del mercado,
incluida la disminución en las tasas de interés hipotecario".
El funcionario reconoció "la frustración de muchos de ustedes,
que han manejado sus instituciones de forma responsable, por (...)
los problemas causados por firmas financieras que son demasiado
grandes como para que se acepte su colapso".
Bernanke destacó que "el socorro del Gobierno para impedir el
colapso de grandes instituciones financieras ha requerido enormes
cantidades de recursos públicos".